Y con Moyá de portero

Si algo se le ha achacado a la Real en el presente campeonato liguero ha sido la facilidad que siempre ha encontrado el rival de turno para perforar la portería blanquiazul. Ayer, en el primer partido de Miguel Ángel Moyá bajo palos, el arco se quedó a cero. ¿Casualidad? Lo dudo. Quizá el Betis no dispuso de muchas ocasiones como en otras tardes, pero en las pocas que tuvo, ahí emergió la figura del flamante fichaje txuri urdin, que se tuvo que emplear a fondo en dos ocasiones, ambas ante Tello, que fue el que más le buscó las cosquillas. El ex del Barça siempre se topó con Moyá. Pero, sin embargo fue otro portero, de nombre Antonio Adán el protagonista de la mejor intervención bajo palos, impidiendo que los tres puntos volaran hasta Donostia. La Real dispuso todavía de menos ocasiones que el conjunto verdiblanco, pero estuvo mucho más cerca del gol. Lo evitó Adán con una mano salvadora a disparo de Álvaro Odriozola. El lateral, en el suelo, no se lo creía. Era el minuto 73 y la Real había desperdiciado su mejor ocasión para volver a ganar un partido fuera de casa, algo que no ocurre desde el pasado 14 de octubre. No sumó los tres puntos, pero tampoco se vino de vacío y eso ya es mucho dada la situación en la que se encuentra un equipo al que le vendrá muy bien este punto. No cuajó su mejor partido, de hecho distó mucho, pero por lo menos consiguió mantener su portería a cero, con un nuevo inquilino. Un recién llegado que solo se ha entrenado una vez con sus compañeros, pero que de puertas hacia afuera dio una sensación de una tranquilidad inusual bajo palos. No es que hiciera nada del otro mundo, pero todo lo que le llegó, supo resolverlo. Ni más ni menos. Ahora habría que preguntarse por qué esta tranquilidad ha llegado en el mes de marzo, con más de media temporada jugada y en la que el único objetivo es intentar quedar lo más arriba posible