Un partido de tenis bajo mínimos
La Real arranca un punto en su visita al Villamarín logrando dejar su portería a cero
A Quique Setién le debe gustar mucho el tenis, más que nada por las veces que hace referencia al deporte que tiene en estos momentos a Roger Federer como número 1. Lo hizo en su día cuando era el entrenador de Las Palmas, en pleno proceso de renovación. “Es como un partido de tenis”, dijo por aquel entonces. Una negociación, por cierto, que no llegó a buen puerto.
El entrenador santanderino ha vuelto a hacer mención a ese deporte esta semana, en la previa del partido ante la Real. Debido al parecido estilo que defienden unos y otros, Setién insinuó que el encuentro de ayer en el Benito Villamarín “podría ser como un partido de tenis”. Nunca estuvo más lejos de la realidad el entrenador del conjunto verdiblanco.
El espectáculo que para algunos fue el empate a cuatro de Anoeta queda muy atrás en el tiempo. La Real no está para fiestas y menos su entrenador Eusebio Sacristán, más en el punto de mira que nunca. Por eso, cuando el de La Seca fue preguntado a este respecto dijo que su equipo, con sus armas, iba a intentar evitar un partido de ida y vuelta. Lo consiguió. Sobre todo por el resultado, empate a cero, aunque hubo momentos, sobre todo en la segunda mitad, en los que el balón iba de una área a la otra más rápido de lo que le gustaría al entrenador vallisoletano, que, por lo menos, pudo frenar la sangría que su equipo venía padeciendo de un tiempo a esta parte. No hubo ningún error grosero y el debutante Moyá lo agradeció.
Muchos esperaban ver ayer un duelo entre Federer y Nadal, más que nada por el espectáculo que siempre suelen ofrecer el suizo y el de Manacor, pero se tuvieron que conformar con un enfrentamiento entre, sin menospreciar a ninguno de los tenistas, PierreHugues Herbert, número 99 de la ATP, y Dudi Sela, el 100. O lo que es lo mismo, un choque entre dos rivales que tienen muchos problemas. Su idea de fútbol puede resultar
hasta atractiva, romántica a veces, pero en la práctica, deja mucho que desear por mucho que el Betis en estos momentos se haya encaramado al séptimo puesto de la clasificación.
En la Real, el ideario de su entrenador, le ha dejado en el mes de marzo sin los objetivos ambiciosos con los que empezó el campeonato. Ayer por lo menos consiguió rascar un punto de un campo en el que muchos pensaban que iba a continuar su cuesta abajo.
El partido de tenis esperado por todos terminó convirtiéndose en un duelo de fútbol en el que no se vio ni un solo gol