En buenas manos
Moyá aporta solvencia y seguridad en su debut y firma su primera puerta a cero
Conoció a sus compañeros el miércoles por la noche, ayer por la mañana ‘Mitxelo’ le dio la equipación y se entrenó por primera vez con su nuevo equipo en una práctica que sirvió para pocos más que para estirar las piernas y por la tarde vio su nombre en la alineación de la Real por primera vez.
El aterrizaje de Moyá en la Real ha sido absolutamente atípico. Por las fechas en las que se ha producido, por la manera en la que ha llegado y porque en apenas 48 horas ha pasado de estar entrenándose a las órdenes de Simeone a estar bajo los palos de la portería txuri urdin en el Benito Villamarín, con diez desconocidos por delante en quienes debía confiar para solventar su puesta en escena en su nuevo club, en la que tenía todos los focos sobre su cabeza.
Pero el que sabe parar, sabe parar: es algo innato y lo puedes hacer con la camiseta del Atlético o con la de la Real, con diez amigos o con diez desconocidos. Y Moyá sabe parar. Lo había demostrado con creces en su dilatada trayectoria en Primera División y ayer lo atestiguó en su primera actuación como realista. Aportó la solvencia y la seguridad por la que le han traído y se llevó a la buchaca su primera portería a cero. Como si siguiera en el Atlético. Lo que sucede es que por estos pagos no es algo tan habitual que un portero se vaya a casa sin encajar y, desgraciadamente, en los últimos tiempos, tampoco es tan cotidiano que un guardameta pare. Y el de ayer de la Real, sin hacer el partido de su vida, lo hizo y conjuró el trabajo que le generó el Betis.
Tenía una prueba añadida al hecho de atajar: a día de hoy a los porteros se les exige algo más que eso. También tienen que saber jugar el balón con el pie y el fútbol de Eusebio, que conlleva un sinfín de cesiones al portero, obliga al arquero a jugar con los pies. Moyá ayer demostró ser un tipo inteligente. Arriesgó lo justo. No quería disgustos en su debut.
En las cuestiones propias del portero: las de evitar el gol del rival, Moyá pudo mostrar sus virtudes en un puñado de acciones. Primero, nos enseñó que es un portero que está atento al juego y para el minuto 6 ya había salido rápido para llegar antes que Sergio León a un balón que
La pregunta puñetera
Era necesario un curso nefasto de Rulli y una pifia de Toño para fichar un meta de garantías?
le iba a dejar solo al cordobés.
Tello, el que más le obligó
En el minuto 19 atajó un chut de Tello, que fue quien más le obligó a intervenir. Aunque en la primera mitad también le probó Fabián en otro esférico que blocó sin problemas. Pero, sin duda, su gran intervención de la noche llegaría en un mano a mano ante Tello. El extremo bético se quedó solo ante la figura del nuevo fichaje realista. Este no terminó de vencerse y fue capaz de aguantar en pie lo suficiente como para palmear el remate con el que el bético trató de superarle. Salvó a la Real por primera vez. En la segunda mitad le vimos una parada acrobática en un chut al segundo palo de propio Tello.
El único que logró superarle fue Joaquín. Le regateó pero su remate se fue al lateral de la red y se constató la primera puerta a cero de Moyá. Buen debut. La Real parece estar en buenas manos