Netflix y el timo de la Juve
Mejor no perder el tiempo con la nueva serie documental centrada en el equipo italiano
La apuesta de Netflix por los documentales deportivos es, sin ninguna duda, uno de los valores que tiene la plataforma y con el que marca las diferencias. Periódicamente, en esta columna, hemos hablado de varios de ellos. Recientemente ha estrenado un nuevo formato original sin precedentes: construir un documental por capítulos centrado en un equipo de fútbol. Se trata de ‘First Team: Juventus’. La idea parece, de entrada, una apuesta innovadora y atractiva, sobre todo porque podría ser el punto de partida de otras muchas series documentales futbolísticas que, especialmente en Europa, podrían funcionar. Pero ‘First Team: Juventus’ resulta, ya desde los primeros minutos, altamente decepcionante. Es tan flagrante la épica artificial y forzada que pretenden crear sobre la nada, que resulta falso e insulso. No pasa absolutamente nada. La voz en off te habla de “perspectiva sin precedentes de la vida de un club”, pero la perspectiva se convierte rápidamente en insubstancial. El primer capítulo empieza con la pretemporada y, más allá de la narración heroica de unos tíos cortando el césped, lo más emocionante que sucede es un amistoso del primer equipo contra los jóvenes de la cantera. A no ser que alguien pueda preferir la escena de Higuaín afeitándose y explicando a cámara: “La barba me gusta y me preocupo de afeitármela cada quince días. Pero si llevas barba y marcas, entonces dejas que crezca unos días más”. Apasionante. Eso sí, hay mucha cámara lenta para enseñarte a los jugadores bajando del avión, subiendo al autocar o entrando en un estadio. Es más, incluso para un seguidor de la Juventus con cierto espíritu crítico, la serie documental debe saber a muy poco. Ves a jugadores en su casa, como graban el mensaje de Navidad o como se hacen la foto de la temporada, pero teniendo en cuenta la intensidad informativa a nivel futbolístico a la que estamos acostumbrados, ‘First Team: Juventus’ es más un timo naíf sin entresijos narrativos, un publirreportaje comandado por alguien que no entiende de fútbol. Idea prometedora, factura estética impecable pero un fiasco televisivo en toda regla