No es para sacar pecho

La Real está viviendo la temporada más complicada de los últimos años. Nada está saliendo como imaginaban sus rectores hace unos meses. El club de los 100 millones de ingresos recibe mañana al Alavés colocado en 15º posición, después de haber tirado la Copa y de haber causado una profunda decepción en la Europa League. El entrenador tiene el crédito agotado, aunque lo sujetan en el cargo y amenazan con que se pase una década en la Real. Uno de los capitanes ha abandonado el barco a la deriva para irse al eterno rival y en las últimas fechas hemos asistido a un episodio difícil de calificar. El curso es de traca y no da tregua. Porque el viernes todos tenían gran confianza en que Toño podía suplir a Rulli, pero el martes anunciaban el fichaje de Moyá, buen portero, eso sí. Es curioso que cuando al suplente, con un contrato recién renovado por dos años, le haya llegado la hora de hacer su trabajo, suplir al titular, la dirección deportiva haya salido a la carrera para fichar un portero. ¿Para qué estaba Toño en la plantilla si la lesión de Rulli obliga a acudir al mercado? Ayer no lo explicaron. Lejos de eso, el director deportivo, el que nunca está cuestionado y el que, a diferencia de Eusebio ,síquevaa cumplir una década en su cargo, se jactó ayer de la actuación de su departamento. Sí, se felicitó por su trabajo. Cuando, con los recursos más cuantiosos de la historia del club, tiene al equipo decimoquinto, fuera de Europa y de la Copa. Cuando ha realizado una planificación de plantilla tal que ante una lesión de un mes de un portero del montón ha tenido que salir al mercado, que estaba abierto de rebote, a por alguien que le supla. Correcto, no está mal cerrar un fichaje en 48 horas, pero hay veces que es mejor taparse. La situación no es como para sacar pecho