Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

El Eibar paga su caraja inicial

Los armeros pierden una buena oportunida­d de ganar en Riazor ante un Deportivo que jugó con diez jugadores durante casi una hora

- Bruno Parcero Donostia

El Eibar estuvo ayer lejos de su mejor versión y lo peor de todo es que pese a sus carencias estuvo en disposició­n de ganar. Lo hubiera hecho a poco que se hubiera asemejado al equipo que tres días antes había derrotado al Villarreal en Ipurua porque los de Seedorf son un equipo negado en ataque, flojo en defensa y delirante en su portería. Curiosamen­te defendiero­n mejor con diez tras la expulsión del debutante Koval -¡qué estreno!porque al menos por acumulació­n dieron sensación de solidez. El problema es que el Eibar no estuvo lúcido con balón y apenas logró inquietar a su rival, sumando un punto que le impide mantener la séptima plaza y dar caza al Villarreal.

Es la primera mitad lo que más hay que reprocharl­e al equipo de Mendilibar, que salió sin la tensión y concentrac­ión necesarias para encarar el partido ante un rival en barrena, pero que precisamen­te por esas urgencias que tiene se sabía que iba a salir a morder.

Los primeros 10 minutos del Eibar fueron un despropósi­to. El Depor encontró un latifundio a la espalda de la defensa armera, que explotó con envíos en largo que siempre encontraro­n un amigo. Para los seis minutos Andone y Lucas Pérez ya habían perdonado sendos remates clarísimos que un espléndido Dmitrovic evitó que fueran gol.

Sin embargo en el fútbol hay leyes que no recoge la Internatio­nal Board y que se cumplen de forma inexorable, independie­ntemente de quiénes sean los equipos que están en el terreno de juego. Una de ellas dice que si un equipo con urgencias perdona sus ocasiones, el rival será quien marque en su primera llegada. Y así sucedió en Riazor porque a los 10 minutos un balón largo de Peña ganado por Charles lo convirtió el brasileño en un pase en profundida­d para Orellana, que se fue en carrera para poner un centro raso que superó a Sidnei y la salida sin sentido del debutante Koval, que no llegó al balón dejando que Inui rematara a portería vacía. Ver para creer.

El gol fue un golpe en la boca del estómago de un Deportivo al que le costó reponerse. Claro que el Eibar tampoco fue a morder y además vio como perdía por lesión a Orellana. Fue a la media hora de juego cuando el Depor volvió a la carga con un remate al palo de un negado Andone que se alió con la fortuna dos minutos después cuando su remate de cabeza, tras pegar otra vez en el poste, golpeó el cuerpo de Dmitrovic, que vio como el esférico se colaba en su portería. El empate era lógico.

Sin embargo, y después de que Sidnei estuviese a punto de marcarse en propia meta, la zaga y el meta deportivis­tas volvieron a hacer de las suyas. Albentosa, en lugar de despejar, dejó el esférico a Koval que, apretado por Charles, decidió salir con el balón jugado. El problema es que su control no lo hace ni un alevín, lo que permitió a Jordán ganar el balón, siendo derribado por el portero ucranio tras una entrada criminal que le costó la roja directa.

Debut estelar del meta Koval: regaló el gol y fue expulsado en solo 37 minutos

Una hora de impotencia

El Eibar tenía casi una hora por delante pero fue incapaz de lograr ese gol que le diera la victoria. Lo intentó Jordán con un disparo lejano, también Alejo con un centro chut que sacó con apuros Rubén Martínez. El Depor, metido en su campo, lo fiaba todo a su lobo solitario, Lucas Pérez que sólo pudo sacar alguna falta. El partido murió con el Eibar percutiend­o, pero sin conseguir hacer daño. Una pena

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FOTO: EFE Lesionado Fabián Orellana tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado después de que hubiera asistido a Inui en el gol armero

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