ZZ se reivindica

El técnico del Real Madrid ha sido el gran vencedor de la eliminatoria ante el PSG

Zidane ha sido, sin duda, el gran vencedor de la eliminatoria de octavos de final de la Champions ante el PSG. Era su momento de la verdad, un examen casi final y el entrenador galo ha aprobado con matrícula de honor. En la ida en el Bernabéu, sus cambios le dieron la vuelta al partido y la victoria al Madrid con Marco Asensio y Lucas Vázquez en el campo. En París, mientras todo el mundo le daba vueltas a la alineación, Zidane apostó por sacar de inicio a Lucas y Asensio dejando en el banquillo a Bale e Isco. Fue un golpe sobre la mesa, una apuesta clara por defender los méritos de los jugadores y no por sus nombres. Acertó. Lucas Vázquez y Marco Asensio, sin olvidar a Kovacic, fueron de los mejores del Real Madrid ante el PSG.

Zidane sabía que su apuesta en París podía salirle mal y de ahí que su abrazo especial a Lucas Vázquez en el vestuario tras ganar al PSG sea una muestra clara del agradecimiento al gallego por no fallarle nunca.

Zidane, con lo hecho ante el PSG, ha acallado todas las críticas y las dudas que han aparecido esta temporada. Críticas por su capacidad de ser entrenador de un equipo como el Real Madrid, de superar situaciones difíciles, de estar a merced del vestuario. Todo eso, lo borró de un plumazo en París y ya no hay ni críticas ni dudas ni nada. Al menos por el momento, porque un nuevo tropiezo blanco en Liga hará renacer todo eso. Mientras tanto, Zidane sigue con su idea del día a día y de centrarse ahora en la Liga. Por no pensar no piensa en el futuro, en si continuará la próxima temporada. Dejar fuera al PSG no le ha cambiado, a pesar de que cada vez haya más que piden su continuidad. Él sigue con su plan de no decidir si seguirá o no en el banquillo del Bernabéu hasta que el equipo juegue el último partido de la campaña. En el club hay plena confianza en él –incluso de los que habían dudado de él antes del PSG– y esperan acontecimientos, pero nadie le va a presionar para que tome una decisión. Él manda y nadie lo duda en el Madrid