Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“HA HABIDO ALGÚN CONTACTO CON EQUIPOS, PERO NADA SERIO”

- Fabio Marchi Montmeló

Hace unos meses estaba batallando con su Peugeot 3008 DKR contra las dunas de los desiertos sudamerica­nos y ahora, con un Dakar más en el bolsillo, vuelve a su ‘otra vida’, la de padre que acompaña allá donde va a su hijo por la F1. Pese a ello, Carlos Sainz, ganador del Rally Dakar 2018, no pasa desapercib­ido dentro del paddock. Incluso cuando está cayendo agua nieve. Carlos salía del hospitalit­y de McLaren tras saludar a Fernando Alonso y se dirigía, unos metros más allá, al de Renault, el del equipo de su hijo. En esos poco más de 20 metros, una multitud de aficionado­s le pedían fotos. “Sí, aunque rápido que hace frío”, decía un Sainz padre que sigue meditando si continuar un año más o no en el Dakar. Subiendo la rampa del hospitalit­y de Renault se topó con Mundo Deportivo, y aceptó la charla.

¿Ya ha podido descansar un poco tras un Dakar tan duro?

Sí. Ya ha pasado ya un tiempo aunque han sido días intensos, de mucho viaje y de un lado para otro, pero se hace con placer y con ganas cuando uno vuelve contento después de un resultado así.

¿Se saborea más la victoria ahora con 55 años?

Yo creo que sí. Con la edad la perspectiv­a de las cosas cambia un poco y e ese sentido lo he disfrutado y con la veteranía se disfruta o se aprecia más. Cuando eres joven todo va muy rápido y no tienes tiempo de disfrutar las cosas como ahora, que lo saboreas más.

Repasemos un poco el Dakar. ¿Qué piensa cuando pierde tantos minutos en la segunda etapa?

Nosotros teníamos muy clara la estrategia, tomarlo con más calma que en otras ocasiones, pasar los primeros 4 ó 5 días ahí arriba, pero se complica un poco el segundo día perdiendo 18 minutos, con dos pinchazos y Lucas que se encontraba mal. Eso no estaba previsto. A partir de ahí tratamos de seguir con buen ritmo. Otro día se nos complicó, que nos quedamos en una duna apoyados en mi puerta y no pusimos a 32 minutos. Al día siguiente en una etapa recuperamo­s 4 minutos, no era una muy larga y creo que psicológic­amente fue muy bueno para la carrera. Luego Peterhanse­l perdió tiempo y a partir de ahí fue más controlar que otra cosa.

¿Cómo se vive en un equipo con tantos ‘gallos’?

Hemos tenido muy buen ambiente. Hay mucho respeto. Todo el mundo en Peugeot valora mucho al compañero y ha sido fundamenta­l. Cada uno iba a intentar ganar pero siempre respetando al compañero y pensando en el equipo y eso se ha respirado desde fuera.

¿En la etapa de Fiambalá recordó los problemas que le costaron ya varios Dakar?

No. Sabía que me había costado el Rally dos años en dos Fiambalá diferente, con Volkswagen y Peugeot. Sabía que era una etapa fundamenta­l y conseguimo­s pasarla sin problemas. Eso nos dio tranquilid­ad. Fue una de nuestras mejores etapas de este año.

Decía que quería ir lento pero que no le salía hacerlo. ¿Cómo se logra?

Es difícil saber el ritmo adecuado. No quieres ir demasiado rápido, pero para mí es difícil porque no estoy acostumbra­do. Empiezas a pensar en otras cosas, no vas atacando y eso fue lo más complicado de la segunda semana.

¿Y qué decir de Lucas Cruz, su copiloto?

Lucas es un tipo fantástico, primer como persona y luego como profesiona­l. Es el mejor copiloto que podía tener en el Dakar. Me aporta muchas cosas y sobre todo, entre nosotros hay muy buena relación. Entre nosotros estos Dakar y todos estos años juntos vamos a tener grandes recuerdos.

¡Suena a despedida!

(Risa) No, no, no. Lo hecho, hecho está. Lo que venga, pues ya veremos.

¿Tendrá esa fuerza para ganar un año más?

No lo sé. Me he encontrado cómodo. Me he preparado bien porque al Dakar hay que respetarlo mucho. He disfrutado y lo que sí digo es que corra o no corra, me gustaría que mi decisión se respetara. Corro para divertirme porque pienso que puedo ganar y creo que me he ganado el derecho a decidir que si quiero correr, correrlo, y al revés. Desde luego, si corro me apetecería hacerlo con un proyecto ganador, no con un proyecto que haya que empezar para meterle dos o tres años porque no estoy en esa situación.

Se habla de que Toyota y Mini no dejaran que se retire… ¿Ha habido negociacio­nes?

Ha habido algún contacto, pero nada serio.

¿Cuál de los dos equipos ve más competitiv­o?

Mini tiene los dos coches (Buggie y 4x4) y tiene que decidir si apostar por uno u otro. La reglamenta­ción actual no deja muy claro si hay que decantarse por un 4x4 o uno de dos ruedas motrices. Es difícil decidirlo. Si Peugeot volviera a correr no estaría tan clara la decisión de correr en un 2 ruedas. No lo sé. Toyota ha hecho un muy buen trabajo este año con el coche nuevo y no es fácil de decidir por qué camino tirar. Mini, si quiere apostar por el 4x4, va a tener que hacer un ‘restiling’ importante de su 4x4.

¿Si Peugeot siguiera, usted también seguiría?

(Risas). Habría muchas posibilida­des.

¿Cómo vivió la gran bienvenida que tuvo en España?

Fue increíble. Estoy muy agradecido porque tanto en las redes sociales como en el recibimien­to en el aeropuerto ves la repercusió­n y el respeto de la gente. También ha habido mucha gente joven que había oído hablar de Carlos Sainz pero que no había vivido mi época. Se había quedado más con lo del ‘Trata de arrancarlo’ y esas cosas y no vivió la época del Mundial de Rallies.

¿Le molesta que se recuerde el ‘Trata de arrancarlo, Carlos”?

No. Hay mucho más en la parte positiva que en la negativa. Una vida deportiva tan larga como la mía da para mucho. Hay momentos complicado­s donde las cosas no salen como uno quiere. Pero me ha pasado a mí o por ejemplo a Fernando Alonso, a Sébastien Loeb y a mucha gente. Tuve un episodio que fue una faena donde tenía el Mundial al alcance de la mano y se me rompió el coche. Si hubiera sido un erro mío pues todavía. Doy gracias a Dios que en ese momento ya había conseguido dos Mundiales. Pero la gente se queda un poco con esa situación. Estuve a punto de ganar un Dakar y la gente otra vez. Al año siguiente lo gané….

¿Se ha quitado un peso de encima?

No, pero sí que que había gente que tenía dudas y ahora están despejadas.

Fernando Alonso también vive algo similar y dice que se ríe de los ‘memes’ y de lo que se dice en las redes sociales…

Con el tiempo la gente acaba valorando y poniendo a cada uno en su sitio. Lo que ha conseguido Fernando para el deporte español, ser el primer español en ganar dos Mundiales de F1, ser el mejor, piloto Ferrari, lo que significa para e mundo de la F1, pues lo ha conseguido un español. Que tiene dos Mundiales y podía tener 6 ó 7. Pues sí. Pero la figura y lo que él ha conseguido tiene un valor que con el tiempo se exaltará, mucho más que ahora.

¿Qué espera de su hijo Carlos y de Fernando Alonso en 2018?

Lo único que me preocupa es que van a estar cerca. Ojalá sea así porque los dos llevan el mismo motor. Confío en que Renault haga un chasis que se pueda acerca al McLaren y van a estar cerca. Se han respetado mucho siempre pero es una situación que si hay algo que me preocupa en la F1 es que algún día puedan tener un problema entre ellos. Espero que no lo tengan porque cuando estás en una salida es muy fácil tener un toque. Han salido infinidad de veces cerca y nunca ha pasado nada. Confío en que Fernando va a dar un paso adelante con el Motor Renault y que Renault y Carlos lo darán también.

¿Ve a Alonso tan feliz como dicen?

Sí. Está más confiado, pero hasta que la temporada no arranque será difícil saber exactament­e dónde puede estar

 ?? FOTO: FABIO MARCHI ?? Carlos Sainz, en el Circuit Barcelona-Catalunya siguiendo a su hijo en la F1. Vigente campeón del Rally Dakar
FOTO: FABIO MARCHI Carlos Sainz, en el Circuit Barcelona-Catalunya siguiendo a su hijo en la F1. Vigente campeón del Rally Dakar

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