Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

DIARIO DE UN VIAJERO

Mikel Oyarzabal, con sus espléndida­s facultades, será lo que se proponga y si elige serlo en la Real hablamos de uno de los pilares para la próxima década

-

Para Mikel Oyarzabal (Eibar, 1997) Cornellà nunca será un campo más. Allí fue donde, con la naturalida­d que le facilita su enorme categoría como futbolista, marcó el primero de los 19 goles que lleva anotados como jugador del primer equipo. Lo celebró como el niño que era. Aún no había cumplido 19 años. Sólo unos meses antes, aún contribuía, junto a Guevara, Calvillo, Aihen Muñoz o Zubeldia, entre otros, a ganar la última Liga de División de Honor Juvenil que luce en las vitrinas de la Real (2015). En menos de medio año, Oyarzabal pasó de ilusionar con sus facultades a los habituales seguidores de las categorías inferiores de la Real a ser una de las referencia­s del primer equipo.

El viaje de Oyarzabal en la elite apenas cuenta con dos años de vuelo. Un tiempo testimonia­l si tenemos en cuenta que, en condicione­s normales y si en el futuro no sucumbe a las tentacione­s monetarias y deportivas de clubs más pudientes, que llegarán, hablamos de uno de los pilares del conjunto txuri urdin para la próxima década. Y es que aunque mañana disputará su partido 100 como jugador de la Real, en excesivas ocasiones se nos olvida que Mikel

Oyarzabal todavía tiene 20 años. A estas alturas, nadie puede poner en duda que estamos ante un prodigio del fútbol. El mero hecho de que vaya alcanzar el centenar de partidos oficiales en parámetros similares a los de Antoine Griezmann

ahorra más aclaracion­es al respecto. Pero en el caso de Mikel Oyarzabal, además, estamos ante un prodigio que entronca aún más, si cabe, en la idiosincra­sia de la Real. Un prodigio más a la guipuzcoan­a lo que, en ocasiones, le pasa factura, como consecuenc­ia de la mirada obtusa de quien pretende exigir a un joven de 20 años, por muy prodigioso que sea, la regularida­d y la continuida­d de un veterano de 28. Eso también llegará porque sus espléndida­s facultades, unidas a una mente privilegia­da, le hacen al eibarrés dueño de su futuro. Será lo que se proponga, será lo que quiera ser.

Y es que de su origen industrial

Oyarzabal trae de serie su generosida­d para el trabajo sin descanso. Admitía esta semana en MD que a veces le pasa factura pero que no entiende este juego mediante una pose estática. “No puedo estar quieto”. Y por eso aprieta, y por eso persigue a su par ayudando al lateral, y por eso cierra y por eso ofrece opciones, en forma de desmarque, bien para sí mismo, bien generando espacios con sus movimiento­s. Si otros, más egoístas, se reservan las fuerzas para su lucimiento personal, Mikel no concibe otra cosa que vaciarse en pos del colectivo.

Y a ese trabajo incansable sin balón, que a veces le resta frescura, Oyarzabal añade talento, buen golpeo -aún no le han permitido sacar a relucir sus virtudes para chutar faltas- , capacidad para cabecear y disputar balones aéreos y gol. Ése cuya falta, de forma injusta, hubo quien no tardó en echarle en cara. Tras marcar seis goles en su campaña de debut, a no pocos les faltó tiempo para lanzarse a su yugular cuando ‘sólo’ hizo cuatro dianas oficiales la pasada temporada. ¡Con 19 años! Sus 9 goles de esta temporada dejan a más de uno en evidencia ya que no sólo es el segundo máximo goleador de la plantilla detrás de

Willian José sino que sólo cinco jugadores (Agirretxe, Prieto, Willian,

Juanmi y Zurutuza) han marcado más goles en la Real en total que

los 19 que lleva Oyarzabal en vísperas de cumplir 100 partidos

 ?? FOTO: EFE ?? Mikel Oyarzabal celebra su primer gol en Primera División en Cornellà en 2016
FOTO: EFE Mikel Oyarzabal celebra su primer gol en Primera División en Cornellà en 2016

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain