A Silva le gustan los lunes
El canario anotó los dos goles en el triunfo ante el Stoke, que deja al City a tres victorias de levantar la Premier
Ni una noche poco apacible en Stoke desorienta al City, cuyo rumbo sigue siendo fijo con dirección a la Premier (0-2). A Guardiola le inquietó jugar en esta fecha, algo que no notaron sus pupilos, que ganan cuando hace falta. En lunes y en sábado. Casi siempre. Ante un rival en descenso, en un momento crítico del curso, el cuadro celeste se adueñó del balón, Silva anotó los dos tantos y luego contemporizaron.
Bien es cierto que el City cometió errores impropios, con pérdidas incomprensibles que podrían haberle costado caro, pero Ederson no tuvo trabajo más allá de una jugada aislada en la que un remate involuntario y envenenado de Walker contra su propia puerta estuvo cerca de igualar el electrónico. Antes David Silva culminó una triangulación impecable, con el sello reconocible de Pep. Fernandinho conectó con Gabriel Jesus, su compatriota se giró con inteligencia y abrió al espacio y Sterling puso un centro medido para que el canario, desde el punto de penalti, iniciara el camino hacia los tres puntos (9’).
A partir de esa ventaja el City consumió al desfondado Stoke, obligado a perseguir el balón sin
demasiado éxito. Una pérdida de Martins Indi estuvo cerca de sentenciar el encuentro para el City, algo que no tardó en hacer tras el paso por vestuarios, de nuevo con Silva como denominador común. De Bruyne y Sterling presionaron la salida de los locales, recupera- ron y ante la desorganización lle- gó el caos. Gabriel Jesus y el espa- ñol se miraron, el brasileño le devolvió el pase y el español, con un toque sobre la salida de Butland, acabó con la emoción (50’).
A la desesperada, Lambert in- trodujo a Crouch, en el intento por acercarse a través de alguna ac- ción de estrategia. Pero el City no temió al espigado ariete inglés, controló la escena e incluso Ster- ling, en una acción polémica en la que rebañó el cuero tras un bote neutral, perdonó solo ante puerta. Resultó intrascendente, pues el conjunto de Pep ya había hecho su trabajo. En lunes, por desagrada- ble que pareciera, cumplieron con su deber. Tres partidos para ganar la Premier y sestear