LA PRIMERA EMBOSCADA
Euskadi-Murias analiza el tramo decisivo de la etapa inicial, con final en Zarautz El alto de Elkano comenzará a marcar las diferencias: alcanza un 20% de desnivel
No habrá que aguardar siquiera al segundo día para ver diferencias en la general de la Euskal Herriko Itzulia que arranca el próximo 2 de abril. La primera etapa marcará tendencias por su protuberante trazado, diseñado sin concesiones. MD subió ayer al coche de Euskadi-Murias para inspeccionar el tramo en que se decidirá la victoria: Elkano Gaina, ascensión de segunda categoría que alcanza por fases un desnivel del 20%.
Como si la primavera lanzara un aviso a navegantes, la temperatura era templada y el cielo, un manto azul. Sólo cabía disfrutar de la jornada junto al equipo que representará a la nutrida afición euskaldun en la carrera de casa.
Por lo que se veía en sus rostros, los convocados para el entrenamiento también sonrieron. Eran Ander Barrenetxea, Mikel Bizkarra, Gari Bravo, Julen Irizar, Mikel Iturria, Beñat Txoperena y Gotzon Udondo. Pedalearon bajo la atenta vigilancia de Jon Odriozola, Director de Euskadi-Murias, y Xabier Muriel, su mano derecha en el cuerpo técnico.
La sesión, preparada a conciencia para que los corredores conozcan al dedillo la parte final de la primera etapa (Zarautz-Zarautz, 162 kms), se dividió en más de un punto clave. La intención era que no se escapara el mínimo detalle de la bajada por Meagas que el pelotón habrá de trazar en la jornada inaugural de la Itzulia. Además, había que comprobar la dureza real de Elkano Gaina, cuya cima está dibujada en el perfil a siete kilómetros de la meta.
El calentamiento de la matinal fue una delicia para la vista. El ‘grupeto’ de Murias circuló con tanta suavidad como prudencia por la vía que une Zarautz con Getaria y que con tanto encanto mira al litoral. El mar parecía estar anunciando placidez. Pero la tregua tenía fecha de caducidad.
“Aquí pican las piernas”
La etapa que dará el pistoletazo a la carrera pasará por Garate, dificultad de segunda categoría que se levanta sobre el corazón de Getaria. “Aquí ya empiezan a picar las piernas”, advertía Xabier Muriel al volante mientras el asfalto se inclinaba sin piedad.
El simulacro de ayer fue ficticio teniendo en cuenta el orden de complicaciones que el pelotón sorteará el Lunes de Pascua. Dando por sentado que los de Murias sa-
ben cómo subir la tachuela de Aia, Odriozola y Muriel idearon ensayar el descenso de Meagas y la subida a Elkano sucesivamente. En la primera etapa serán dos tramos salteados.
El alto de Garate ya era historia cuando los ciclistas enfilaron hacia las curvas que miran con altivez al Cantábrico. Elkano, la primera emboscada de la Itzulia, hacía acto de presencia. Las cuestas eran intensas y Murias se levantaba del sillín. “El primer día tiene ‘regalo’”, acertaba a averiguar Xabier Muriel.
Jon Odriozola intuye que Elkano establecerá grietas desde el día uno. “Los ‘gallos’ apretarán al final”. A duras penas alcanzan las pendientes los dos kilómetros y medio cuando los ciclistas hacen cumbre. A partir de ahí, sólo quedaba el desfiladero, o sea, bajar por una carretera asequible, “siempre que no llueva”, matiza Odriozola, cómoda por su anchura y agradecida por su asfalto. Una cuesta abajo que conduce directamente a la meta de Zarautz. “Como si fuera un rally, aquí van a ir a muerte”, anuncia Odriozola