Hipodromoa toma la decisión de mover ficha
La empresa muestra al Ayuntamiento su voluntad de “desistir de la concesión” en septiembre
La empresa concesionaria del hipódromo donostiarra ha mostrado al Ayuntamiento su voluntad de “desistir de la concesión” a partir del próximo 5 de septiembre, alegando “causas de índole económica que hemos ido exponiendo ante este Ayuntamiento repetidamente”. Señala asimismo que “el hipódromo quedará desalojado y se dejarán a su libre y pacífica disposición los bienes muebles e inmuebles”.
Este movimiento tiene el sentido inequívoco de la estrategia y el posicionamiento para pasar a negociar las nuevas condiciones del convenio de concesión, que en un principio vencía en 2025. El movimiento tiene como consecuencia directa que pasa a forzar un nuevo concurso al que se podrían presentar hipotéticos grupos inversores interesados en la explotación del hipódromo donostiarra.
La empresa cuenta además con la explotación de una licencia especial de juego otorgada en su día por el Gobierno Vasco, que le permitía la gestión en exclusiva del sector de las apuestas hípicas en Euskadi. En la actualidad se produce únicamente en Gipuzkoa por medio del operador de apuestas francés PMU.
Resulta evidente que un aspecto del negocio va unido al otro. Y ello puede convertir al nuevo concurso en ciernes en apetecible para un nuevo grupo inversor, cuya concurrencia sería incluso deseable si con ello sale reforzado el futuro del hipódromo donostiarra.
La gerencia de Hipodromoa incide, a juicio del que escribe, en viejos errores en la comunicación realizada al Ayuntamiento. La frase que remite a la “repetida exposición de causas de índole económica” es fiel reflejo de ello. Nadie duda de la veracidad de los hechos, pero no estaría de más un análisis sobre las causas que los generan, como primer paso a una reflexión más profunda.
La implicación activa de las instituciones públicas resulta capital, tanto como la generación de bases económicas sólidas propias por medio de patrocinadores, ingresos recurrentes, etc. El balance entre ingresos y gastos debe tratar de equilibrarse para mirar al futuro con bases sólidas. Nadie dice que sea fácil, pero nadie duda de que merece la pena sudar la camiseta hasta el último minuto de cada partido.
En 2015 se adujo por parte de la gerencia de Hipodromoa que la 99ª temporada no podía ni debía celebrarse, eximiéndose de cualquier responsabilidad al respecto. Cuando en la temporada 2017 se produjeron hechos que la ensombrecieron, la culpa fue de otros. Cuando se avisa repetidamente de que ‘viene el lobo’ en materia económica, el motivo parece asimismo sobrevenido. Tal vez ha llegado el momento de ejercer una mínima autocrítica que sitúe las bases de un cambio de gestión en Hipodromoa.
Se acercan meses intensos de cara al devenir de un hipódromo centenario como el clásico donostiarra. Una época en la que la responsabilidad debe de ser el único guía que alumbre el futuro del turf en Gipuzkoa. Dejando a un lado los intereses particulares. El peso de la historia de nuestras carreras es enorme y se merece un plus de generosidad por parte de todos los estamentos implicados en la cuestión