Exigencia oriotarra para exprimir a los jugadores
Imanol salta a la Real como impulsor de un gran Sanse
Impulsar al Sanse en Segunda B ha lanzado a Imanol Alguacil (Orio, 1971) al foco mediático del primer equipo. Nunca se sintió cómodo delante de un micrófono este guipuzcoano de pura cepa sólo teniendo en cuenta su deje discreto en el trato. Los magníficos resultados le disparan a la palestra.
Imanol Alguacil ha entrenado 130 veces en casi cuatro temporadas al filial de la Real, donde él mismo creció como jugador. No será nuevo para el oriotarra el banquillo del primer equipo, puesto que ofició de ayudante cuando David Moyes dirigió a la Real. Fue un cameo. Volvió a la formación del segundo conjunto de abordo.
Tampoco se le hará extraño a Alguacil reencontrarse con rostros que conoce al dedillo. En el filial dirigió a Odriozola, Aritz Elustondo, Kevin Rodrigues, Zubeldia, Jon Guridi y Bautista. También a Mikel Oyarzabal, aunque el de Eibar desfiló por el Sanse como si fuera una exhalación. A Imanol no le dio tiempo de disfrutarlo.
Deportista empedernido
Imanol Alguacil es calmado fuera del banquillo y cambia de piel cuando se sienta en él. Se erige en un entrenador intenso, amigo de exprimir a los jugadores al máximo. Los entrenamientos son duros con el guipuzcoano.
Previo paso por el Sanse, Alguacil hizo campeón de sector al División de Honor de la Real, en Logroño, una jornada que le cogió desprevenido: “No sabía que fuera tan necesario hacer declaraciones”, llegó a manifestar a este periódico nada más proclamarse txapeldun.
El nuevo entrenador de la Real fue cocinero antes que fraile. Entre 1990 y 1998 fue el dueño del lateral diestro de la Real. Testigo directo del trasvase de Atotxa a Anoeta, defendía con vigor y penetraba por la banda como un puñal hasta ganar línea de fondo. Todo con el espíritu inquebrantable de quien ama los colores. De la Real se marchó al Villarreal, donde también lució, antes de pasar por el Jaén y Cartagonova y colgar las botas en el Burgos.
Ahora está casi más delgado que cuando jugaba. Una finura extrema fruto de su empedernida afición por el deporte. Se deja el alma corriendo y sobre la bicicleta y ha hecho la Quebrantahuesos en más de una ocasión.
A este oriotarra le ha llegado su Bandera de La Concha. Asume el timón como nuevo patrón de la Real
Discreto en el trato, dentro del banquillo cambia de piel para apretar a los suyos
Ha dirigido en el filial a Odriozola, Kevin, Zubeldia, Bautista, Aritz o Jon Guridi