La historia se repite
Como en 2006, el técnico del Sanse se hace cargo del primer equipo con el filial jugándose su presencia en el playoff de ascenso
La decisión de que Imanol Alguacil se haga cargo del primer equipo no ha gustado en cierto sector de la afición que considera que, a nueve partidos de la conclusión de un campeonato donde la Real poco o nada se juega, se descabeza al filial cuando se está jugando disputar el playoff de ascenso a Segunda División 12 años después, poniendo en riesgo una posible clasificación.
Sin embargo esta situación no es nueva en la Real porque precisamente hace
12 años el club txuri urdin vivió una circunstancia similar. Entonces, tras cesar a José Mari Amorrortu a finales de enero, José
Mari Bakero, director deportivo txuri urdin, entregaba las riendas del primer equipo a Gonzalo Arconada, técnico que llevaba cuatro temporadas al frente del Sanse y que dejaba al filial clasificado en segunda posición, a cinco puntos del Salamanca.
Como sucede ahora, su ascenso al primer equipo también ponía en riesgo la temporada de un filial que iba lanzado y que quedaba en manos de José Ramón Eizmendi, un técnico que hasta esa temporada había entrenado al Easo y que había dirigido seis años antes durante 10 partidos al Real Unión con escasa fortuna.
Sin embargo, con el técnico de Ikaztegieta el Sanse mantuvo su buena dinámica, finalizando el campeonato en segunda posición y disputando un playoff de ascenso donde sólo un gol de Nauzet Alemán para Las Palmas en el minuto 89 impidió que el Sanse peleara por un ascenso que terminaría logrando en la siguiente eliminatoria el conjunto canario.
El gran perjudicado de ese movimiento en los banquillos fue sin duda Gonzalo Arconada que apenas estuvo ocho partidos al frente del primer equipo antes de ser cesado. Eizmendi salió reforzado y tras dos temporadas más en el Sanse, al que no volvió a meter en el playoff, sería nombrado por Iñaki Badiola como entrenador de la Real en Segunda División. Ahora el Sanse queda en manos de Aitor Zulaika, un técnico que a diferencia de José Ramón Eizmendi en 2006 tiene un amplio bagaje. Fue director deportivo del Lagun Onak y entrenador, estando a punto de ascender al conjunto azpeitiarra a Segunda B por primera vez en su historia tras proclamarse campeón de liga. Luego, fichado ya por la Real, estuvo dos temporadas cedido en un Real Unión en plena depresión que venía de salvar la categoría por los pelos y que vivía ahogado por su grave situación económica, llevándolo en su primer año a disputar el playoff de ascenso y a ganar la Copa Federación. En su segunda temporada sólo una increíble plaga de lesiones en el tramo final impidió que repitiera entre los cuatro mejores -fue quinto-, aunque para el recuerdo quedan algunos de los mejores partidos que ha disputado el Real Unión en los últimos años.
Ahora, tras una campaña a la sombra de Imanol Alguacil, le llega el turno de tomar las riendas del filial en una misión en la que tiene poco que ganar. Si clasifica al Sanse para el playoff no recibirá elogios, pero si desgraciadamente se queda fuera, será señalado por muchos. El complicado calendario que el filial tiene por delante no le ayuda. Para empezar, dos salidas consecutivas a Leioa y a Irun. Suerte