“Será raro regresar a Zubieta”
Xabi Auzmendi, cedido por la Real C al Beasain hace un mes, se enfrenta el sábado a sus excompañeros en un derbi por todo lo alto
Cuando a Xabi Auzmendi (Lazkao, 1997) le propusieron hace un mes irse cedido al Beasain, se quedó tibio. Tenía contrato con la Real hasta este verano -cumple su segundo año como txuri urdin- y la puerta que se le abría en Loinaz parecía chocar con la que se le cerraba en Zubieta. Sin embargo, tras haber renovado hasta 2019, el centrocampista, ya más tranquilo, está disfrutando de su experiencia en Loinaz, donde lleva un mes ayudando a su nuevo club a mantenerse en lo más alto. Porque atrás ha quedado el tobogán de bajas y malos resultados de un Beasain que vuelve a mostrar la fuerza de antaño.
Para Auzmendi, volver este sábado a Zubieta para disputar un derbi en las alturas “será raro por tener que acudir al vestuario visitante aunque me lo tomo como un partido más”. El lazkaotarra sonríe tras haber aterrizado de pie en Loinaz. El asunto tiene truco porque “tengo aquí a Beñat Bereziartu, uno de mi cuadrilla, y llevaba tiempo siguiendo la trayectoria del club”.
Cambiar Donostia por Beasain, y de paso acercarse más a su pueblo natal aunque ahora viva en la capital, ha supuesto “dar un paso más en mi carrera”. “Es un nuevo reto” para Auzmendi, que resalta las virtudes de su nuevo vestuario. “Me han acogido muy bien. Hay un ambiente cercano y parece una familia”, destaca.
A pesar del bache que pasó en Navidades, el Beasain navega otra vez a toda vela. De hecho, Auzmendi no conoce la derrota como ‘vagonero’. “Estamos obteniendo unos resultados muy buenos, sobre todo en casa donde lo hemos ganado todo”. La mejor virtud ha sido “la defensa y ahora tenemos que dar un pasito más en la faceta ofensiva”.
Aunque no se hable de ello, Auzmendi cree que “en el día a día está muy presente el objetivo de clasificarnos para playoffs”. Se respira en el vestuario, se ve en los entrenamientos y se intuye en la actitud de cada uno.
Sin chivatazos al míster
El calendario ha querido que Auzmendi se vea las caras con los que hace poco eran sus compañeros. Será un derbi especial para él e importante para ambos clubs, ya que Real C y Beasain suspiran por engancharse al vagón que puede llevarles a Segunda B. “Nosotros iremos a hacer nuestro partido, sabiendo que están muy fuertes”.
El instinto le traiciona y, a pesar de que habla en primera persona de la Real C, se corrige enseguida. “No es casualidad que estén en esta situación porque se veía venir”, reflexiona sobre el conjunto txuri urdin que dirige Sergio Francisco.
La principal virtud de los donostiarras es, en palabras de Auzmendi, el hecho de que “no hay alguien que destaque por encima del resto, se ha consolidado un equipo muy serio y completo” donde no hay indispensables.
Los paralelismos con el Beasain llegan a ese extremo, ya que cree que su nuevo equipo también potencia el conjunto por encima del individuo. Se avecina un duelo eléctrico por seguir en la cabeza de la tabla
La convivencia de siete jóvenes futbolistas da para mil y una historias. Además, con unas leves molestias musculares que arrastra Auzmendi desde hace poco, no han faltado las ‘acusaciones’ de sus amigos. “Me dicen que me estoy tirando del barco”, aunque si nada lo impide se vestirá de corto este sábado.
Las conversaciones sobre esta cita crucial han estado a la orden del día. “Es normal que hablemos y ya hemos tenido conversaciones”, explica con un tono divertido. Está en inferioridad numérica pero tiene plena confianza en que el Beasain pueda arañar tres puntos para fastidiarles la cena. Alguno tendrá que cerrar con llave la puerta del dormitorio por la noche tras el encuentro