Sufrido pasaporte a la final para Elezkano II-Rezusta
Bajo una enorme tensión, ganan 22-21 en el Ogueta a unos Altuna-Martija sin opciones
Si algún mal pensado había vaticinado alguna componenda en el partido de ayer en el Ogueta de Gasteiz para evitar que la única dupla de Asegarce que ha llegado a las semifinales del Parejas, Olaizola IIImaz, accedieran a la gran final, no podrá soltar el habitual: ‘ya lo decía yo’. Es cierto que, en un duelo entre dos binomios de Aspe, ganó el único que tenía opciones de clasificarse para la cita definitiva del 8 de abril, el formado por Danel Elezkano y Beñat Rezusta. Pero, desde luego, no fue porque sus rivales, los previamente desahuciados Jokin Altuna y Julen Martija, les ofrecieran a sus compañeros de empresa el triunfo en bandeja. Todo lo contrario. El 2221 evidencia que no se dejaron nada en el tintero. Fue la fortuna la que, en el último tanto, quiso premiar el magnifico torneo completado por Elezkano y Rezusta, ayer desfigurados por la tensión. Les espera dentro de dos semanas otra cita de alto voltaje: la final en el frontón Bizkaia frente a los ayer clasificados Joseba Ezkurdia y José Javier Zabaleta.
Los nervios en el bando colorado hicieron de la contienda un tiovivo. Mientras que Rezusta empezaba con el punto de mira desajustado, Elezkano se mostraba entonado delante en su pulso con Altuna, lo que mantenía el marcador parejo (8-8). Pero el de Zaratamo comenzó a acusar los efectos de la presión, a medida que un desinhibido Altuna se iba
creciendo. Con el 8-12, el choque parecía entrar en una dinámica azul que el primer descanso largo atajó en parte. Rezusta, que en ese primer tramo había acumulado cinco errores, pasó a llevar la manija y a mostrarse más seguro. Por el contrario, Martija, cuyo expediente hasta entonces estaba impoluto, empezó a sufrir con el bombardeo al que le sometió el zurdo de Bergara.
Sin embargo, un atenazado Elezkano se mostraba incapaz de apuntillar el dominio que ejercía su compañero. Por contra, Altuna III se sumergió en una vorágine ofensiva que le llevó a firmar casi tantos errores (8) como tantos realizados (9). Las alternativas se sucedían en un marcador que se movía en estrechos márgenes. Los colorados parecían haber controlado el incendio al llegar al tramo final con un 18-16 a favor. Pero Altuna estaba con ganas de marcha y con un ráfaga de inspiración levó a los azules hasta el 18-21 tras encadenar cinco tantos. Olaizola II-Imaz, los sufridores en casa, se relamían ya pensando en el favor que Altuna y Martija les iban a hacer, pero su gozo quedó en un pozo. Elezkano mantuvo la esperanza de los colorados primero con una bonita parada al txoko y, tras un error de Altuna en el ancho, acabando detrás un tanto que parecía imposible de finiquitar por la numantina resistencia de los azules. Se llegaba al 21 iguales y el tensiómetro estaba a punto de reventar. Sin esperar mucho, en el segundo pelotazo, Elezkano esbozó una cortada larga y ajustada a pared con la que sellaba un sufridísimo pasaporte a la final