“Nos mirábamos, sonreíamos y decíamos: ‘Este tampoco”’
Górriz habla de la sensación de superioridad existente
Orlando Ramón Giménez Álvarez. Este delantero paraguayo del Racing, que luego jugó en el Valencia, Español y Sabadell, fue el último ejecutor de la Real antes de que el equipo entrenado por Alberto Ormaechea iniciara una racha de 38 partidos consecutivos sin perder. Ese 22 de marzo, con El Sardinero como escenario, el conjunto txuri urdin sufrió la última derrota en mucho tiempo. Luego llegaron 22 victorias -Valencia (1-0), Salamanca (1-3), Barcelona (1-3), Las Palmas (2-0), Las Palmas (1-0), Athletic (0-1), Barça (4-3), Zaragoza (2-1), Madrid (4-0), Salamanca (0-1), Espanyol (1-2), Sporting (0-1), Sevilla (2-0), Athletic (4-0), Rayo (4-0), Almería (1-0), Zaragoza (2-0), Salamanca (1-0), Espanyol (1-0), Sporting (4-1), Burgos (1-3) y Málaga (3-1)-, y 16 empates -Madrid (0-0), Athletic (1-1), Valencia (0-0), Rayo (1-1), Almería (0-0), Betis (1-1), Hércules (1-1), Burgos (2-2), Málaga (0-0), Atlético (1-1), Las Palmas (2-2), Valencia (0-0), Barça (0-0), Betis (0-0), Madrid (2-2) y Hércules (0-0)-. Luego llegó el mazazo
del Sánchez Pizjuán. “Solo perdimos un partido y perdimos la Liga. Fue muy cruel”, recuerda Górriz.
En aquella época, el irundarra no era titular. Por delante estaban Kortabarria y Gajate. “Tengo el recuerdo en el banquillo, cuando empezaban los partidos, sobre todo los de fuera de casa, que a los 10 minutos nos mirábamos todos y sonreíamos pensando: ‘Este partido no lo perdemos’ Era una sensación de seguridad, de confianza en aquel bloque”, confiesa ‘Bixio’. Va un poco más allá: “Siempre pensábamos lo mismo, que si teníamos alguna ocasión, con Satrus o Lopez Ufarte arriba, la meteríamos, sino, empataríamos porque perder... Éramos un bloque muy fuerte defensivamente, encajábamos pocos goles y no tenía la sensación de que pudiéramos perder”