CON EL TRONO NO SE JUEGA
Alaphilippe repite victoria en un reducido sprint después de probarlo en solitario en San Pelaio El galo, que refuerza su liderato, y Roglic abren más brecha ante Gorka Izagirre, Landa y Pello Bilbao
Música de tensión, espadas bien afiladas y un trono en juego en forma de txapela. Lo acontecido en la jornada inaugural de la Itzulia no fue casualidad. Julian Alaphilippe (Quick-Step) y Primoz Roglic (Lotto Jumbo) se confirman como los grandes aspirantes. El francés volvió a repetir victoria en Bermeo. Dos de dos para reforzar su maillot amarillo. El esloveno, otra vez segundo. Abren más hueco gracias a las bonificaciones. A diferencia de lo sucedido en Zarautz, no entraron solos. Tuvieron una escolta euskaldun: Gorka Izagirre (Bahrain-Merida) y Mikel Landa (Movistar). Fueron tercero y cuarto, respectivamente.
Alaphilippe lo intentó en San Pelaio, sin embargo no fue suficiente y remató la faena en un kilómetro final de infarto. Roglic, que tan buenas sensaciones dejó en la jornada inaugural, se queda a 8 segundos en la general. A su favor tiene la crono de mañana en Lodosa. Plana para especialistas como él. La brecha aumenta. Gorka Izagirre se va a los 39’’, Landa a los 43’’ y Pello Bilbao aparece a 54’’. Mucho tendrán que moverse los que vienen por detrás para recuperar el terreno perdido.
La carrera empezó antes del horario establecido por el aumento del kilometraje debido a un desprendimiento. El pelotón se mantuvo con la inercia explosiva con la que se presentó el lunes en Zarautz. La localidad guipuzcoana, precisamente, también acogió la salida de la segunda etapa. Ritmo de vértigo desde el banderazo inicial. Numerosos intentos de fuga. Ilustres como Felline, Kwiatkowski, Castroviejo... Agua. Completaron 44 kilómetros en la primera hora.
Abanico y Sollube estéril
La costa vizcaína también quiso saludar a los ciclistas. El viento sopló hasta romper en dos al pelotón. La escapada no se formó hasta Natxitua, en la primera ascensión del día. Once corredores hicieron camino. Allí estaban, entre otros, David López, Vuillermoz, Caruso, De Marchi o Verona. Rápidamente tomaron un par de minutos de renta y por detrás el Quick-Step y el Lotto Jumbo se pusieron al tajo para salvaguardar la privilegiada posición de Alaphilippe y de Roglic.
Sollube no hizo mella. Ni siquiera un leve rasguño. Se encontraba demasiado lejos de la meta. Tampoco ayudó la intensa lluvia que apareció por unos momentos. Por unas cosas o por otras, los favoritos tiraron de cautela y prefirieron esperar. El paso por Jata tampoco desató las hostilidades. El gran grupo se acercó hasta tener a los aventureros a una distancia prudencial y esperó a que cayeran por su propio peso.
El golpe definitivo corrió a cargo del Astana. Pello Bilbao quería lucir en su Gernika natal. Su equipo aceleró camino de Bakio y se comió a los fugados. El único que sobrevivió fue David López. El de Barakaldo quería guerra. Consiguió aguantar hasta las inmediaciones de San Pelaio. Allí arrancó lo interesante. Con el arcoíris y San Juan de Gaztelugatxe como telón de fondo. Comenzaron a volar los cuchillos. El mar rompiendo contra las rocas se entremezclaba con el sonido de las bicicletas.
Sorpresa final
Digno de Juego de Tronos. Pero con el trono de Alaphilippe no se juega. Lo dejó bien claro. Opina que el amarillo le sienta como un guante y lo va a defender hasta las últimas consecuencias. Con toda la fuerza que tenga en el cuerpo. El del QuickStep entró en San Pelaio muy bien posicionado. Su compañero Enric Mas le hizo de avanzadilla con un potente ataque. Fue el preludio del hachazo del líder. Rompió a lo bestia. El resto de ‘gallos’ lograron darle caza. Pero el daño en las piernas ya estaba hecho. Roglic salió de nuevo y ahí sí que partió el grupo. El eslovenosemarchópordelantejunto a Alaphilippe, Gorka Izagirre y Landa. La rampa fue demasiado para Quintana, Jon Izagirre o Bardet.
El poker cabecero se lanzó hacia Bermeo. El último kilómetro les deparaba una sorpresa final. Como todo buen episodio de Juego de Tronos. Había un as guardado en la manga. Curva peligrosa, estrechez y un murete al 14% a falta de 200 metros. El pan de cada día en la Itzulia. Roglic comandó el cuarteto en la rampa. Sin embargo, el de amarillo se pegó al esloveno y volvió a levantar el puño para reforzar su liderato. Pero aquí nadie ha dichos última palabra. Todavía quedan deudas por saldar