La última perla de la velocidad colombiana
Nelson Soto disputa sus primeras carreras con el Caja Rural buscando seguir la estela de Fernando Gaviria
La nómina de sprinters que integran esta Itzulia es muy reducida debido a la casi ausencia de opciones para los hombres rápidos del pelotón. Si acaso la etapa de hoy con final en Valdegobía. Pero si sorprendente es ver a un sprinter, aún sorprende más que uno de ellos sea colombiano como sucede en el caso del Caja Rural-Seguros RGA en cuyo equipo está Nelson Soto, una joven promesa de 23 años que despuntó el pasado año en su primera experiencia como profesional en su país y que forma parte de esa nueva hornada de ciclistas colombianos que están rompiendo con el prototipo de escalador con el que se relaciona a los ciclistas cafeteros.
¿Qué hace entonces Nelson Soto en esta Itzulia?: “Es una carrera a la que he venido para tratar de agarrar un poco de ritmo para las próximas pruebas. La intención era ir a Catalunya, pero no pude estar por culpa de una virosis y he venido aquí para echarle una mano a mis compañeros en lo que pueda”, comenta. “Aquí en Europa se corre a un nivel muy alto y estoy tratando de adaptarme poco a poco”, añade.
Él mismo se sorprende de haber cruzado el charco “tan pronto” porque hace apenas un año trataba de hacerse un hueco en el equipo Coldeportes, del que también surgió uno de sus ídolos, Fernando Gaviria y donde fue compañero de Álvaro Hodeg, ganador de la primera etapa de la Volta a Catalunya y que como Gaviria corre en el QuickStep. De repente, Soto se vio ganando el Campeonato Panamericano de Ruta y tres etapas en la Vuelta a Colombia: “Al Panamericano fui a ayudar a Sebastián Molano, otro sprinter, y se me dio la victoria. En la Vuelta a Colombia tenía la ilusión de ganar una etapa, pero llegué en buena forma y eso me permitió ganar tres y lograr un segundo. Fue un gran año”, recuerda.
Sin embargo su vida no ha sido siempre un camino de rosas. Fue su padre, Luis, quien le inyectó el veneno del ciclismo: “Empecé en el velódromo después de ver unas carreras con mi papá, que siempre ha sido muy amante del ciclismo. Le apasiona incluso más que a mí y siempre he contado con su apoyo. Él fue el que me metió en este mundo”, explica el de Barranquilla. “Mi carrera deportiva no ha sido nada fácil. Me ha tocado hacer muchos sacrificios, muchos esfuerzos. Soy de una región de Colombia donde el ciclismo no es muy fuerte. Soy de la costa y tuve que aventurarme en distintas ciudades porque yo, desde un principio, quería probar mi nivel en las ciudades donde el ciclismo es más importante como Boyacá o Antioquia. Rápidamente me di cuenta del nivel que había en el interior del país, pero a poco fui avanzando y logré una oportunidad”. Claro que antes hubo un momento de duda. “Sí, hace unos años estuve en un momento decisivo, donde pensé seriamente en retirarme para ponerme a trabajar”. El tiempo afortunadamente ha avalado su decisión. “Todos esos esfuerzos que
Comenzó en la pista y viajó por todo el país buscando una oportunidad
En 2017, en su primer año como profesional, ganó tres etapas en la Vuelta a Colombia
hice ya están recompensados con el hecho de estar corriendo en un equipo europeo”,confirma.
Sueña en un futuro con “llegar a un gran equipo World Tour” y sobre todo “con ganar una en un Tour de Francia. Esa es mi gran ilusión”.
Le apodan ‘El Huracán’
Mientras tanto le toca hacerse un nombre, lo que no tendrá fácil porque “mi equipo no es tan fuerte en los sprints y me toca pelear solo. Espero ir aprendiendo y mejorando en ese aspecto”, comenta ‘El Huracán’, apodo por el que se le conoce a raíz de su participación en la Vuelta a Chiriquí, en Panamá, donde coleccionó victoria tras victoria a la vez que el huracán Otto azotaba el país. De ahí el sobrenombre de un ciclista que se une a los Gaviria, Hodeg o Molano como exponentes de la velocidad colombiana. “Es verdad que la tradición es que salgan escaladores, pero desde hace tiempo se viene trabajando también con los sprinters. Ahí están Gaviria y Álvaro y por el camino venimos más”