Un pletórico Jon Rahm se exhibe
El líder Reed, con dos eagles, abrió hueco pero el vasco lo bordó en la 3ª jornada con 65 golpes
Hay que descubrirse ante la actuación de este sábado del vasco de 23 años Jon Rahm en la tercera jornada del Masters de Augusta: 65 golpes, siete bajo el par, con cinco birdies y un eagle (embocó desde fuera de green en el hoyo 8). Un recital en toda regla. Un despliegue de golf brutal. Una paciencia y un saber estar, y un aplomo y determinación para encauzar las pocas situaciones comprometidas en las que se encontró, fueron las claves de la enorme actuación del español en el Augusta National.
Tal fue el poderío desplegado por el de Barrika que este domingo le está permitido soñar, vaya que sí, con enfundarse la chaqueta verde. Jon necesitaba una tarjeta como la que entregó este sábado, día plomizo y lluvioso, para darse sus opciones de victoria en el primer Grand Slam del calendario. Todo dependía de cómo acabara el líder Patrick Reed, quien había abierto una pequeña brecha en la clasificación tras hacer sendos eagles en los hoyos 13 y 15.
Si el viernes Jon dijo que en la segunda parte del recorrido casi rozó la perfección,ayer sábado fue la perfección. Dos birdies y un eagle en los primeros nueve hoyos, sin apenas fallos y con varias ocasiones de birdie que se quedaron en el camino.
En el 10 sumó un nuevo birdie, y a punto estuvo de firmar otro (la bola le hizo ‘corbata’) en el hoyo 11. Ahí pareció que la racha de Jon se frenada un poco, fue un momento en el que hubo de contenerse para no calentarse en la salida del siguiente hoyo. Y apuros pasó para salvar el par en el 12 , envió la bola al riachuelo de delante del green en el 13 pero con arte sacó el par, par en el 14 también y opción malograda de birdie en el 15. Podía parecer todo perdido pero...
Rahm necesitaba meter la quinta
marcha para darse opciones. Y así lo hizo con birdies en el 16 y 17 y un par importante salvado en el 18 cuando arreciaba la lluvia. Su final coincidió con el eagle-3 de un incombustible Patrick Reed en el últi- mo hoyo del Amen Corner. El texano era una máquina y sólo el británico Rory McIlroy intentaba el acoso del líder, en una especie de reedición del épico duelo de individuales en la última Ryder Cup, en Hazeltine, hace dos años. Jon era cuarto con 8 bajo par, a 3 golpes de McIlroy y a uno de un resucitado Rickie Fowler, que terminó también con 65 golpes igualando el registro de Rahm (luego se sumó Rory gracias a un birdie en el 18), para un total de 207 (-9), y a seis de Reed.
McIlroy busca completar el Grand Slam (solo le falta ganar el Masters) mientras Reed ha de estrenar su casillero de victorias en los ‘grandes’. Su mejor final fue un 2º empatado en el PGA Championship de 2017.
El joven golfista de Barrika, de 23 años, que acumula dos victorias en el circuito estadounidense y dos en el circuito europeo en menos de dos años como profesional, no perdió finalmente el ‘honor’ de entregar el mejor resultado del día, aunque en este caso compartido.
El canario Rafa Cabrera no tuvo su día –”no han salido las cosas”, dijo– firmando 74 golpes para 219, fuera del top 30