“Quiere un equipo más sólido”
Dos entrenadores guipuzcoanos analizan para MD la nueva propuesta futbolística de Imanol en la Real · El trabajo defensivo es la clave principal
Han bastado dos partidos para ver las primeras pinceladas de Imanol Alguacil al frente de la Real. El técnico oriotarra, al que se le valorará con más criterio con el cierre de temporada dentro de siete jornadas, ha dejado ya una impronta de lo que quiere y ha desvelado algunos matices de su particular libreta. MD ha pulsado la opinión de dos entrenadores guipuzcoanos, Luis Fernando Dadíe y Joseba Roteta, para tratar de desmenuzar esta nueva Real.
Dadíe, que ejerce de analista para este periódico, hace hincapié en la forma en la que Imanol está trabajando en la retaguardia. “Se nota que lo está entrenando mucho. Hasta ahora no hemos visto un equipo largo y ancho sino uno muy compacto donde siempre hay apoyos”, describe.
Esta fortaleza defensiva fue palpable en el derbi contra el Eibar y el pasado domingo ante el Girona. “Está empezando a hacer un equipo sólido atrás y dejando que el talento fluya en ataque”, de ahí que la versión de Ipurua fuera más tosca e improductiva en área contraria que la que asomó en Anoeta, donde el acierto fue superlativo.
En su opinión, “a Imanol no le importa tener menos posesión y defender más, siempre que lo haga bien, que centrarse en el balón y dejar que el rival te pille en un desajuste defensivo”, circunstancia más acorde al estilo de juego que promulgaba. Entiende Dadíe que al vallisoletano “le gustaba que sus jugadores tuvieran más libertad de movimiento”.
Pasar del 4-3-3 del lasecano al 4-23-1 de Imanol “no supone un gran cambio”, porque “el dibujo no lo es todo y lo que importa es la forma de jugar. Al final se trata de modificar la altura de uno de los medios y que el de delante se centre”. Del mismo modo, Dadíe cree que “se nota que estudia al rival” pero observa algún que otro matiz. “No juega en función del adversario pero sí prepara planes de activación para contrarrestar”, afirma. Por ejemplo, “ante el Eibar los laterales cerraban y estaban replegados”, mientras que contra el Girona “se vio una presión muy alta sobre los centrales”, que surtió el efecto deseado.
Al margen del ‘cómo’ está el
‘quién’. En este apartado, y al hilo del discurso que ofreció Imanol durante su presentación como técnico para lo que resta de curso, dejando claro que iba a “hacer y deshacer a su antojo”, Dadíe sostiene que “va a intentar mover mucho al equipo. Tiene manga ancha pero deberá gestionar y, sin objetivos concretos, quiere tener a todos activados. Habrá opciones y no va a dejar a nadie fuera”.
Incompatible con Eusebio
Joseba Roteta, técnico oiartzuarra con pasado en las categorías inferiores del Real Unión, es más contundente. “Lo que más me choca es que Imanol no es de la cuerda de Eusebio. En Ipurua ya se vio desde el primer minuto que no compartía esa filosofía”, relata sin dudarlo. La mayor diferencia radica en que “no se asumen tantos riesgos en la salida de balón, hay menos transiciones y este sistema con dos pivotes es más contundente atrás”.
Por eso “no le están pillando como antaño en las contras” según Roteta. “El equipo está más armado y con los interiores obligados a desbordar vimos lo mejor de gente como Januzaj” contra el Girona.
Continuando con esta misma lectura relativa al duelo más reciente, “Navas y Llorente se ven más tranquilos porque no se exponen”. Roteta lo tiene claro: “Se piensa que todos podemos jugar como el Barcelona y no es así. Solo hay un Piqué, Vermaelen o Umtiti para hacerlo tan bien. Exigiendo tanto a centrales buenos y correctos se sufre mucho y, de hecho, es algo que no solo pasa en la Real, también en otros equipos de similar estilo como el Celta de Unzue”.
La consecuencia general de los cambios introducidos por Imanol Alguacil es, a juicio de Roteta, que la Real de las dos últimas jornadas “es más práctica. Si se puede evitar el riesgo, se evita. Antes eso parecía un pecado”.
El técnico de Oiartzun traslada su análisis del terreno deportivo al mental. “Yo era de los que pensaba que coger a la Real ahora era un caramelo envenenado para cualquiera, por el mero hecho de no existir un objetivo claro”, confiesa. Motivar a una plantilla en este contexto “lo veía difícil” pero “Imanol lo ha conseguido a través de dar oportunidades a todos los jugadores”.
Sin querer aventurarse sobre lo que ha ocurrido en el vestuario de Zubieta, lanza una suposición. “Quizá Imanol, en ese intento de insuflar motivación, les haya comunicado que van a jugar todos de aquí al final. De Ipurua a Anoeta ya pudimos contemplar seis cambios en la alineación y jugadores como Pardo, inédito; Kevin, sin demasiadas oportunidades últimamente, volvieron a brillar”, remata el de Oiartzun