Sarri Nunca es tarde para brillar
Uno de los mayores peligros que tiene el fútbol en relación a los entrenadores es asociar el nivel de los mismos a la cantidad de títulos que atesoran. Se suele ensalzar a los técnicos más triunfadores, que no es un sinónimo de estar entre los mejores, ya que se ha de diferir entre un buen equipo y uno con una gran plantilla.
Bajo esta premisa, Maurizio Sarri ha vivido en la sombra durante muchas temporadas en la Serie A. Con 59 años, tuvo que ser Pep Guardiola el que reconociera el nivel del italiano esta temporada, la más fácil para hacerlo con el Nápoles exhibiendose en la liga, pero eso no le quitó acierto al entrenador del Manchester City, con ojo clínico para apreciar el buen fútbol. Y exactamente eso es lo que practican los azurri desde 2015, cunado Sarri tomó las riendas del equipo por sorpresa, ya que su carrera modesta no le avalaba en exceso para liderar un proyecto ambicioso. En su último trabajo, en el Empoli, rindió por encima de lo esperado, pero eso no pareció ser suficiente para el aficionado.
Pronto en San Paolo empezaron a darse cuenta de que Sarri no era un técnico cualquiera. El Nápoles empezó a ser protagonista con el balón y los jugadores grandes en ataque perdieron protagonismo por otros más pequeños y combinativos, como es el caso de Mertens e Insigne. En su primera temporada en el banquillo quedaron segundos, siendo toda una sorpresa. Ahora nada ya lo es. Al menos en Italia. El Nápoles se ha convertido la alternativa a la Juventus en la Serie Al, la que estuvo liderando hasta hace bien poco. De hecho, en los duelos entre ambos el peso del juego cae claramente del lado de los ‘partenopei’.
Con razón, el fútbol de Sarri ha traspasado las fronteras italianas y ha calado con fuerza especialmente en la Premier League, donde suena para suceder a Antonio Conte en el banquillo. Curioso, puesto que el estilo entre ambos es totalmente opuesto. Buena noticia para Hazard, más cercano a este estilo, y también para Guardiola, que tendrá un aliado