No suena el despertador en Ipurua
El tempranero gol de Guidetti fulminó las opciones del Eibar · Los armeros siguen sin gol y suman ya seis jornadas consecutivas sin ganar
Querer y no poder. El Eibar se dio de bruces ante un buen Alavés ayer en Ipurua y se mostró incapaz de concretar el dominio mostrado durante buena parte del partido. El tempranero gol de John Guidetti, en la única jugada de peligro visitante, no fue obstáculo para que los armeros llevaran las riendas del derbi, pero faltó chispa en los últimos metros. Y no es la primera vez. Con esta derrota, que se suma a una mala racha de seis jornadas sin conocer la victoria, el tren de Europa League queda ya demasiado lejos. Aunque nadie quiere bajar los brazos todavía.
No empezaron bien las cosas para los armeros, a los que les falló el despertador. O no sonó o el estruendo no fue suficiente para despertar al vestuario. El Alavés arrancó el derbi con una marcha más y fruto de ello se adelantó en el marcador, con el Eibar aún pendiente de quitarse las perezosas legañas. De nada sirvió que Arbilla avisara con un lanzamiento de falta, porque en la primera jugada del equipo de Abelardo el balón acabó en las redes de Dmitrovic.
Sobrino firmó una incursión de muchísimo mérito por banda izquierda, al deshacerse de todo el que quiso, y su pase al corazón del área lo aprovechó Guidetti para ajustar el lanzamiento al poste derecho de la portería armera. El 0-1 a los cinco minutos de empezar cayó como una losa en el Eibar, incómodo en un planteamiento de altas velocidades.
Los acercamientos del Eibar añoraron más pólvora pero solo está la opción de Kike García
El ida y vuelta rompió los esquemas de los armeros, más acostumbrados a llevar la batuta y manejar los tiempos de los partidos. El Alavés aprovechó el tirón del gol para presionar la salida de balón y los de Mendilibar pasaron varios minutos de apuros en su propio campo. El enfoque era borroso.
Pedro León activa la alarma
Sin embargo, un trallazo de Pedro León modificó el guion del derbi. El murciano avisó con un disparo muy lejano que obligó a Pacheco a lucirse y el Eibar enderezó el rumbo aplicando su particular estrategia de acoso y derribo. Centros y más centros desde ambas bandas desinflaron el ímpetu babazorro, pero el constante apremio no llegó a buen puerto. Bajaron las pulsaciones y el Eibar subió enteros su rendimiento. Pero no concretó esa brava actitud con goles.
En la segunda parte ocurrió más de lo mismo. El Alavés dio un paso atrás para aguantar el 0-1 y buscó acciones puntuales para aumentar las diferencias. Con solidez y determinación. El Eibar siguió acechando las inmediaciones de Pacheco pero evidenció que le falta gran parte de la pólvora en ataque.
Sin Sergi Enrich ni Charles, que en principio no actuarán en lo que resta de campeonato, la responsabilidad recae sobre un Kike García que se dio de bruces con la defensa gasteiztarra, muy firme en labores de contención.
Orellana, Pedro León y después Jordán trataron de echarle un cable, pero que a este Eibar le falta gol es evidente. Con tres dianas en las seis últimas jornadas, puntuar se antoja una misión casi imposible.
Atrás no hay problemas
Porque en la retaguardia no hay problemas aparentes. La dupla que forman Ramis y Arbilla se ha fortalecido con el paso de las semanas y el equipo tampoco se resiente con la rotación en los laterales. En el derbi actuaron Juncá y Peña, que además jugó el tramo final como delantero para intentar cazar algún balón. Cote y Capa fueron testigos del buen hace de sus compañeros desde el banco.
El miércoles, en Cornellà-El Prat, asoma una nueva oportunidad de darle carpetazo a esta mala racha que ha alejado casi de forma definitiva el tren de la Europa League. El Eibar necesita una reacción con cierta urgencia