¡TRES MÁS!
El Atlético de Simeone, al que la Real sólo ha ganado tres veces en seis años, eleva el listón para Alguacil El oriotarra igualaría el mejor inicio de un técnico en los 25 últimos años si gana mañana al equipo madrileño
Imanol busca ante el Atlético su tercer triunfo, con el que igualaría el mejor inicio de un técnico en los últimos 25 años El conjunto de Simeone, al que la Real sólo ha ganado tres veces en 13 partidos, eleva el listón para el oriotarra
El listón de la exigencia se eleva para Imanol Alguacil según se asienta en el cargo de entrenador de la Real. La visita mañana del Atlético de Madrid a Anoeta (19.30 horas) sitúa el grado de dificultad cercano al máximo para el técnico oriotarra que, en cualquier caso, tiene en su mano hacer historia. Si consigue el triunfo frente a la escuadra colchonera, Imanol igualará el mejor inicio de un entrenador de la Real en los últimos 25 años ya que desde que el club blanquiazul se mudó a Anoeta, el único entrenador capaz de sumar 10 puntos (tres victorias y un empate) en sus cuatro primeros partidos fue Raynald Denoueix en 2002. Todos sabemos cómo acabó la cuestión, con la Real rozando con los dedos el tercer título liguero de su historia.
Imanol ha logrado en apenas tres partidos recuperar gran parte del estado de optimismo perdido en torno al equipo, si bien mantener ese tono exigirá a la Real una actuación de alto nivel mañana ante el segundo clasificado de la Liga y uno de los adversarios más cualificados de Europa. El Atlético no sólo es el segundo equipo que más partidos gana en el campeonato, sólo superado por el Barcelona, sino que únicamente ha perdido tres partidos. En el conjunto colchonero sobresale, por encima de todo, su magnífico comportamiento defensivo que, con Jan Oblak, el mejor portero de la liga al frente de las operaciones, le ha llevado a encajar, únicamente, 15 goles en 32 partidos en lo que va de torneo.
Desde la llegada de Simeone al club rojiblanco en 2012, el Atlético ha hecho de la dificultad para crearle ocasiones y para marcarle goles una seña de identidad. En estos seis años, la Real se ha estrellado con especial insistencia contra el conjunto del preparador argentino al que sólo ha sido capaz de derrotar en tres ocasiones en las 13 veces (ocho derrotas) que se han enfrentado en estas siete temporadas. La última, la pasada, en uno de los mejores partidos de la era Eusebio en Anoeta (2-0). La primera victoria se logró de la mano de Philippe Montanier, en el Vicente Calderón en la temporada que la Real se clasificó para la Champions (0-1).
Estuvo en el triunfo de 2014
En medio de esos dos triunfos, curiosamente, se produjo el tercero, entre la destitución de Jagoba Arrasate y la llegada de David Moyes en 2014. Con Asier Santana como entrenador interino, la Real ganó con un golazo de Agirretxe después de que Mandzukic igualara el soberbio tanto inicial de Carlos Vela. El segundo entrenador era Imanol Alguacil. El oriotarra ya sabe, por tanto, lo que es ganar a los colchoneros en Anoeta.
Si la Real vuelve a ganar mañana encadenará el tercer triunfo consecutivo, algo que no consigue desde que venciera en las tres primeras jornadas y, en función de los resultados de la jornada, teniendo que jugar el domingo frente a un Málaga que puede estar descendido, despertaría en casi todo el mundo la expectativa de poder alcanzar el séptimo puesto. Algo tan difícil como superar a los colchoneros.
La victoria, además, situaría la tarjeta de visita de Imanol en sus cuatro primeros partidos a la altura de la de Denoueix en 2002 (tres victorias y un empate). Desde que la Real se mudó a Anoeta, el francés es el único entrenador que ha sido capaz de ganar tres de sus primeros cuatro partidos. Salva Iriarte, cuando cogió el equipo tras ser destituido Toshack en 1994, también encadenó cuatro encuentros sin perder pero con sólo dos victorias. Montanier, Eusebio, Bakero, Olabe o Clemente, con una derrota en sus primeros cuatro partidos, también alcanzaron los 7 puntos que Imanol ya ha logrado en tres partidos. El oriotarra busca tres puntos más que ratifiquen el acierto de haberle puesto al frente de la nave