La elección
De la identidad del técnico del primer equipo se desprenderá un mensaje claro a la afición de cara a los próximos meses, y tal vez años
Se podría afirmar que la Real se encuentra ya en plena pretemporada, pensando y trabajando en la próxima campaña. Lo que resta de competición, salvo mayúscula sorpresa, es un trámite, que puede ser empleado para aclarar asuntos referentes al futuro de algunos futbolistas de la plantilla, al tiempo que se adecenta el balance del ejercicio con unos buenos resultados.
El club ya se emplea a fondo en la configuración de un nuevo proyecto, que deberá llevar la firma y la impronta del director general de fútbol del club, Roberto Olabe.
Una de las preguntas que uno se siente tentado a formular es en qué medida los cambios que se pretende introducir van a modificar la fisonomía del equipo que hemos contemplado bajo la égida de Eusebio , y con la tutela de Lorenzo Juarros. Yo no me cansaré de repetir que esa Real me obsequió una ilusión que hacía tiempo que no experimentaba y, que aunque el tramo final de dicha etapa fue realmente triste y decepcionante, eso no puede ocultar y enterrar lo mucho bueno que tuvimos oportunidad de disfrutar. Es por ello que asisto con innegable interés al desarrollo de los acontecimientos. Me corroe la curiosidad por conocer la identidad del personaje elegido para dirigir al primer equipo, por cuanto de dicha elección se desprenderá un mensaje claro a la afición de cara a los próximos meses, y tal vez años.
Leyendo entre líneas al director de fútbol, creo interpretar que lo que se pretende es contratar a un profesional de un perfil medio-bajo, “dispuesto a crecer con nosotros”, lo que dejaría fuera de cualquier opción a otros individuos instalados en la zona media-alta del ranking de entrenadores y que, tal vez, y precisamente por su situación más prominente, no se encuentren en condiciones de iniciar una singladura desde esas premisas .
Ahí se podría situar, por ejemplo, a Unai Emery, un técnico que gusta mucho, pero que, no encajaría en los parámetros de selección, y que, además, se mueve en una escala salarial prohibitiva.
Por el contrario, otro profesional como Asier Garitano, que también suena con fuerza, hallaría un encaje más sencillo, por las mismas razones que parecen descartar al hondarribiarra. Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que el elenco de candidatos se reduzca a estos dos hombres, pero puede servir para ilustrar el escenario en el que en estos momentos se estaría moviendo la dirección deportiva.
Y decantarme por una u otra opción sería tan necio como presumir de contar con la fórmula mágica para garantizar el éxito en el futuro. Además, siempre podremos recurrir al socorrido ‘doctores tiene la santa madre iglesia’