El derbi, en familia
LoshéroesdePuertollanocelebraronsucomidaanualelsábadoenBergara
Fue un hito tan grande en la historia del club que merece ser recordado cada año. Y los protagonistas de la gesta que finalizó con el ascenso de Puertollano así lo hacen. Se reúnen anualmente en el sábado más próximo a cada 23 de abril, fecha en la que se consumó el ascenso más esperado de la historia del club, que llegó después de cinco años en Segunda y que fue el origen de una racha de 40 años consecutivos sin perder la categoría.
En esta ocasión, tal efeméride coincidía con el derbi. Los veteranos tuvieron que seguirlo por métodos clásicos como la radio y modernos como los teléfonos, puesto que estaban reunidos en la sociedad Umore Ona, de Bergara. La comida se suele celebrar cada año en una localidad diferente, en función de quién sea el anfitrión. En esta ocasión hacía de cicerone el bueno de Gaztelu, el que más tarde colgó las botas entre quienes lograron el histórico ascenso. De hecho es el único que estuvo en Puertollano y en Gijón.
Por tanto, allí espero a sus excompañeros, acompañado por su hijo Agustín Aranzabal, que quiso estar junto a su padre en una mañana especial para él, en la que tocaba rememorar viejos tiempos.
Gaztelu agasajó a sus amigos con una caja de rellenos de Bergara y les puso en manos de Pepelu, el cocinero de la sociedad que formó equipo Fernando Juaristi, exjugador del Sanse con reconocida destreza en los fogones. Los veteranos les compensaron su dedicación con un motivo de la Real.
Alineación de lujo
En Bergara se formó un equipo de lujo. Apenas faltaron quienes se encontraban fuera por motivos personales y Corcuera, que tuvo una indisposición días antes. Obviamente, tampoco pudieron estar quienes nos han dejado en los últimos tiempos, como son los casos de Zubiarrain, Ormaetxea, Mendiluce, Elizondo, Juan Mari Anza, el doctor Echevarren, Santamaría o Sanz.
En la mesa se sentó un señor equipo: Jesús Aranbarri, Gaztelu, José Miguel Arregui, Pela Arzak, Marco Antonio Boronat, Juan Cacho, Raimundo Díaz, Javier Eceiza, Iñaki Lasa, José Luis Maiztegi, Jon Sagasta y el Chino Martínez. Todos ellos eran jóvenes cuando la Real detuvo el ascensor en Puertollano. Ninguno contaba entonces más de 28 años. Y la mayoría de ellos goza aún de buena salud y de buena memoria, lo que les permitió recordar las clásicas batallas de aquella temporada histórica para el club txuri urdin. Aquellos viajes interminables en autobús o aquellos campos tan alejados de las alfombras en las que hoy se juega al fútbol.
En plena tertulia nostálgica comenzó el derbi y entre radios y móviles todos tuvieron la ocasión de disfrutar del triunfo de esa Real que, sin ellos, no sería lo que es a día de hoy
Todos los años se reúnen en torno al 23 de abril, fecha del ascenso de 1967
Gaztelu ejerció de anfitrión y les acompañó su hijo, Agustín Aranzabal