Un adiós más factible

La Real le dio a su fiel hinchada la mayor de las alegrías el pasado sábado con la victoria en el derbi. El conjunto blanquiazul hizo muchas cosas bien, fue muy superior en varias fases del encuentro y además se encontró con la ayuda inesperada de Mikel

San José, autor de dos goles en propia puerta. Fue un triunfo solvente, que no corrió peligro en ningún momento, pero hay que reconocer que Moyá tuvo mucho que ver para que el final de partido fuera mucho más tranquilo y que la grada no se llevara sobresalto alguno, sobre todo por esos dos balones que le sacó a Raúl García, especialmente el segundo, con esa volea con la izquierda del navarro que desvió a córner el ex del Atlético de Madrid en una parada llena de reflejos. La acción fue espectacular, tanto que el propio futbolista rojiblanco fue a felicitar al guardameta. La Real necesitaba como agua de mayo un portero como el mallorquín después de una temporada para olvidar por muchas cosas, entre ellas, por la portería. Moyá ha traído la confianza y la seguridad y el resto del equipo lo nota. Antes de su llegada cada balón que merodeaba el área blanquiazul tenía muchos visos de acabar en gol. Rulli se ha hartado de recoger el balón de dentro de su portería en una campaña para olvidar para el argentino, que la va a terminar en el banquillo. Porque Imanol tiene claro que el titular es Miguel Ángel Moyá. Así las cosas, habrá que ver cómo acepta esta nueva situación Rulli, que se dispone a afrontar un verano diferente. Porque ahora puede ser que sea la Real la que quiera desprenderse de sus servicios, a diferencia de lo acontecido hasta la fecha, donde sus agentes han hecho todo lo posible y más por sacarlo de Donostia y de la Real. Ahora, con Moyá por delante su adiós parece mucho más factible