La familia del Beasain despide a dos históricos
Aiert Ordóñez y Javier Kintana jugarán el sábado su último partido con el equipo tras 7 y 8 años en el club
La temporada del Beasain no ha sido la esperada a comienzos de Liga. Y es que además de haber perdido el pasado sábado la oportunidad de jugar el playoff de ascenso a Segunda B, a este año hay que sumarle numerosas lesiones o la salida en invierno de un jugador importante como ‘Kaxe’. Pero aún hay más. Dos históricos del club, Aiert Ordóñez y Javier Kintana, abandonarán el equipo tras 8 y 7 temporadas respectivamente en el conjunto vagonero.
Aiert llegó al Beasain en 2013 procedente del Real Unión. El pasado sábado sus compañeros y el staff técnico le rindieron un homenaje en el campo de Loinaz por el que no pudo reprimir las lágrimas. “El sábado fue un día muy especial porque nos dieron una sorpresa que no esperábamos. Fue emocionante. Estuvimos llorando Javi y yo”. Recuerda cómo fue el momento de contar su adiós a los compañeros. “Yo simplemente se lo había comentado al míster y a un par de jugadores, pero no lo sabía casi nadie. El viernes hubo sesión de vídeo antes del partido, y el entrenador me dijo a ver si quería decir algo. Me pilló de sorpresa y a algunos de los que estaban allí también. Me emocioné un poco, pero fue bonito y difícil a la vez”.
Al donostiarra le queda la pena de no haber podido clasificarse para el playoff de ascenso a Segunda B. “Hemos perdido los últimos cuatro partidos recibiendo dos goles en cada uno. Es difícil de asumir, pero no nos hemos merecido entrar. Hemos fallado en momentos en los que normalmente no fallamos”. Además se suma lo ocurrido la temporada anterior. “El año pasado fue una experiencia impresionante en lo colectivo y en lo personal. Estuvimos a un gol de estar en Segunda B, aún me emociono recordándolo”.
Aiert no tiene dudas al pensar con qué se queda de tantos años en este deporte. “Tanto en la vida como en el fútbol, siempre me quedo con las personas y las experiencias. El Beasain es muy especial para mí porque me he sentido muy querido y valorado, al igual que yo valoro y quiero yo a mis compañeros”.
Ahora solo queda mirar al futuro. “Todas las etapas terminan. Tengo otros proyectos en mente, pero siempre me voy a quedar con la gente que me ha rodeado”.
“Orgullosos de lo conseguido”
Javier Kintana fue el otro homenajeado el pasado sábado en Loinaz, otro ‘histórico’ del Beasain que se despedirá del club este sábado tras ocho temporadas. “No me esperaba el homenaje. Cuando llegue aquí el día del partido a alguien se le escapó algo y pensé que me habían preparado alguna. Me dieron el cuadro con mi número y mi nombre. Lo más emocionante fue cuando vi a mi mujer, mis hermanos, primas y a toda la familia, porque no me esperaba que vinieran, solo mi mujer porque había venido con ella. Me engañaron bien. Le llamaron a mi mujer y fue ella la que avisó a mis hermanos y primas para que fueran al campo a verme”.
Aunque se le hará raro no ir cada día a entrenar, Kintana estaba ya mentalizado de que sería su último año en activo. “Me costó tomar la decisión, pero lo tenía asimilado ya. Ahora me viene la niña y voy a estar bastante ajetreado. Trabajo a turnos y a veces vengo a los entrenamientos incluso sin dormir, así que cuando tenga a la niña ya será imposible”.
El donostiarra, que previamente pasó por el Antiguoko, Sanse y Ori- huela antes de recalar en el Beasain, no se ve en un futuro ligado al mundo del fútbol, salvo como aficionado. “Si hago algo será jugar a fútbol 7 con mis amigos, pero no tengo la idea de sacarme el carnet de entrenador ni nada”. Lo que más raro se le va a hacer a partir de ahora serán los fines de semana. “Esa sensación sí que será extraña, pero también vendrá bien descansar. Iré al campo como aficionado y con la niña a animar”.
Solo le falta un partido para colgar las botas. “Cuando pite el árbitro el final pensaré ‘ya está, se acabó. The end’. La familia lo agradecerá y todo lo que no he podido hacer hasta ahora, aprovecharé para hacerlo”
El pasado sábado recibieron un homenaje en el campo de Loinaz