EL ATOTXA DE PRIETO
Iñaki, hermano de Xabi, acompaña a MD donde se forjó la leyenda, la plaza del Txofre de Gros
“¿Tú quien crees que le enseñó ‘la Prietinha’ y a lanzar los penaltis? Pues yo”. Iñaki Prieto bromea con unos chavales mientras da unas tacadas al balón como si fuera un profesional. Se le ve emocionado y nostálgico porque lo hace en la pista roja de la plaza del Txofre de Gros, en Donostia, donde acudía desde que tiene uso de razón con su hermano pequeño, Xabi, los viernes, los sábados y los domingos a jugar al fútbol. En ese lugar comenzó a forjarse la leyenda de Prieto, el capitán. A Iñaki le confundían con él y llegó a firmar autógrafos, pero su toque con la zurda no llegó tan lejos como la magia con la diestra de Xabi. “No te creas eso de que yo soy el Prieto bueno. Es una leyenda urbana”, bromea.
Iñaki, cómo no, acudirá mañana a Anoeta a ser uno de los testigos de la hermosa despedida que les espera a Xabi y a Carlos Martínez: “Es un partido especial. Yo fui a su debut a Oviedo con el aita y el osaba y su despedida va a ser bonita también”. Lástima que el aita lo tenga que ver desde su casa. “Soy de lágrima fácil”, exclama, sabiendo que será imposible no emocionarse.
Iñaki anuncia que su hermano “hará un esfuerzo” por despedirse jugando, aunque no lo tiene claro: “Lleva tiempo sufriendo”. Cree que dirá agur con “naturalidad” y con discreción. Es tan discreto que “yo me enteré de que se retiraba por un vecino. Mientras aparcaba la moto, me dijo: ‘Que tu hermano ha anunciado que se retira’. Nos lo imaginábamos, pero decir decir, no nos lo dijo”. Subraya la curiosidad de que el eterno ‘10’ celebró el ascenso “con muletas” y se va a despedir “casi con el taca-taca”.
Un “trasto” de pequeño
A partir de ahora, Iñaki no ve a su hermano ‘vigilando la obra’. “Yo le veo ejerciendo de padre y de marido y aprovechará para hacer deportes que no ha podido practicar estos años. Y en algo ya colaborará seguro con la Real Sociedad”. Intentará que surfee junto a él.
Lo que es claro es que Prieto el jugador seguirá siendo la persona “educada y noble” que conocemos, aunque no siempre fue el yerno perfecto: “De pequeño era un pillo. Un trasto. Un día, la ama se descuidó, salió al balcón y se puso a mear”.
Probablemente entonces, su aita le castigó sin ir a Atotxa: “Iba siempre con él y con el osaba Javier. No ir era la mayor amenaza que le podían hacer. Un día, y eran los 90, le dijo que no volvería al campo hasta 2005. Mi aita no lo cumplió, claro”.
Hasta los alevines del Ajax
Iñaki también desvela que Xabi “cumplió un sueño” cuando, con 12 ó 13 años, tuvo la oportunidad de jugar en Atotxa una final de la Donosti Cup con sus amigos del Lizeo. Y además la ganó. Xabi era un “apasionado” de la Real entonces y siempre, pero sus ídolos de adolescencia fueron Rivaldo y Zidane. Luego, Aranburu y Xabi Alonso, con los que jugó. Y siempre fue un “forofo” del fútbol: “Ha tenido siempre una pasión especial con el fútbol, con la Real y con Donosti. Es capaz de estar 24 horas viendo fútbol, lo mismo un Liverpool-Manchester que a los alevines del Ajax”, revela su hermano.
Tanto es así, que el ‘10’ se entregó a su deporte como nadie: “No entiende la palabra ‘vacaciones’. Es
“Si quisiera, Xabi podría jugar hasta los 40, pero la cabeza es la que manda”
“Xabi no entiende el significado de ‘vacaciones’, un día sin fútbol es un mal día”
“De pequeño era un trasto, un pillo, un día salió al balcón y se puso a mear”
su trabajo y su pasión. Un día sin fútbol para Xabi es un mal día”. Por eso ha ido y va a Zubieta tenga o no entrenamiento, en temporada y en vacaciones. “Es muy difícil ver a un profesional como él. Nunca le verás bebiendo una gota de alcohol ni con un cigarro en la mano. Eso ha sido siempre así”, confiesa Iñaki, que confirma que en su propia boda el gran ‘10’ brindó con Fanta.
Y después de 15 años, 530 partidos y 74 goles, es la hora de decir agur: “Le va a costar. Está disfrutando, pero la cabeza es la que manda. Si quisiera, Xabi podría jugar hasta los 40”. Y tanto