Aquel mediocentro del Salvat
Paco Nogales, que reclutó a Carlos Martínez para la Real, recuerda cómo era ese niño de Lodosa
Se despedirá mañana del Estadio de Anoeta uno de los futbolistas más importantes de la plantilla txuri urdin. Carlos Martínez pondrá punto y final a una trayectoria que ha estado ligada a la Real durante los últimos 18 años, siendo 11 de ellos en el primer equipo. Las constantes lesiones que ha sufrido durante las última temporadas han obligado al defensor a tener que cambiar de aires, una decisión que ha costado digerir entre los aficionados txuri urdin.
Una de las personas que mejor conoce a ‘Txarly’ es el que fuera ojeador del club durante 16 años, Paco Nogales. Fue precisamente quien descubrió al todavía lateral realista. Al técnico navarro, le da “mucha pena” que el ‘2’ realista no continúe en el equipo, “después de 18 años” y recuerda los inicios del expreso de Lodosa desde que lo observara por primera vez con 12 años de edad en su pueblo natal, el mismo del que es oriunda su mujer.
A pesar de llevar jubilado cuatro años, Paco sigue la actualidad del conjunto txuri urdin desde fuera y sigue sin perder detalle de uno de los futbolistas que él ganó para la causa blanquiazul. Hay otros miembros del primer equipo como Pardo o Toño Ramírez que llegaron producto de las labores de ojeador de Nogales.
Los inicios de Carlos Martínez tienen varias curiosidades, como la que habla de que comenzó su andadura futbolera en el Club Salvat de Estella, junto a otros futbolistas como Oier Sanjurjo, actual jugador del Osasuna.
Paco no olvida que Carlos Martínez “apuntaba maneras” desde un principio. Le llamó la atención y le llevó a Estella para disputar “varios torneos que organizábamos junto a otros jugadores externos”. En aquel momento, decidió que había que fichar a un futbolista que se desempeñaba como mediocentro, aunque después, ya en el conjunto txuri urdin, “con Inaxio Kortabarria pasó a jugar de extremo”.
Sus comienzos no fueron nada sencillos, puesto que “tenía que venir desde Lodosa todas las semanas en coche”. El defensor no estuvo en una residencia en Donostia hasta que “cumplió los 14 años, ya que era algo que hacíamos con todos los jugadores externos que observábamos tanto en Navarra como en La Rioja”.
Los viajes no eran diarios, pero sí que eran frecuentes ya que “una vez a la semana venía a Donostia y entrenaba con el equipo los viernes, aunque esa noche dormía aquí para poder jugar al día siguiente”.
Su apariencia siempre ha sido la misma, es decir, la de una persona “delgada”, aunque por aquel entonces llamó la atención su faceta futbolera y también física, ya que “era un chaval muy fuerte para la edad que tenía”. En el aspecto personal sus padres “nunca pusieron pegas”, aunque sí que fue “du- ro sacarle de allí por la edad que tenía, sólo tenía 13 años”. No obstante, como ha quedado acreditado con el paso de los años, su incorporación por la Real fue “muy beneficiosa”.
Una quinta con tirón
La generación del 86 va cerrando su capítulo particular en la Real Sociedad. Pocos son los jugadores que aún permanecen en el club txuri urdin nacidos en aquel año. Tres de ellos fueron artífices del ascenso a Primera División en el año 2010. Además de ‘Txarly’, Markel Bergara y David Zurutuza son los otros dos jugadores que han defendido el escudo de la Real a capa y espada desde el primer día. El de Rochefort continuará en el equipo, mientras que en el caso de Markel el futuro no está muy claro.
Otros futbolistas de la misma generación comenzaron a dejar su propia huella en el club, pero con el paso de los años, su presencia comenzó a disiparse. El caso más sonado es el de Oskitz Estefanía. El de Pasaia debutó en el primer equipo de la Real en la temporada 2003/04, cuando contaba con tan sólo 17 años. Pero en el año 2005, una rotura del ligamento cruzado en la rodilla izquierda frenó de golpe su increíble evolución
Destacaba por su físico e Inaxio Kortabarria le colocó como extremo