Cambio radical
que debería dirigir el flujo de aire de manera más eficiente para mejorar el rendimiento del coche. Con él, el conjunto de Woking presentó también un nuevo deflector lateral, elementos con los que Alonso espera dar un paso al frente en una campaña que considera que ha iniciado con buen pie pese a seguir a un mundo de alcanzar a Red Bull, el objetivo de principio de curso.
A la espera de probar su nuevo coche, lo que sí se respiró en el Circuit es un cambio radical de Fernando respecto al curso pasado. Se notó sobre todo en la rueda de prensa. Se ve que las cosas han mejorado y mucho para los dos pilotos españoles, Carlos Sainz y Fernando Alonso, respecto al año pasado, cuando especialmente este último seguía inmerso en una pesadilla que parecía no tener final. La comparecencia de prensa de 2017 estaba centrada en si el español continuaría en McLaren. Fue tensa. El ambiente era cortante. E incluso Alonso especuló con la posibilidad de dejar la escudería británica y buscar otras opciones, algunas fuera de la F1. No se descartaba nada, mientras en Woking la desesperación y las prisas eran claras. Un año más tarde, todo parece haber cambiado. McLaren ya cuenta con la fiabilidad que quería con el motor Renault y Alonso está mucho más contento, especialmente tras haber logrado su primera victoria internacional en cinco años, aunque fuera en el Mundial de Resistencia.
Por su parte, Sainz pedía en 2017 en Barcelona un volante en un equipo de fábrica, y un año después ya tiene parte de lo que quería, a la espera de que Renault dé los pasos adecuados en un futuro para optar a podios o que Red Bull lo llame a filas en 2019. De momento, el madrileño sigue centrado en buscar el ‘set up’ que le permita sentirse al “100%” con su RS18. “Cuando eso pase todo irá sobre ruedas”, comentó, antes de retar a Fernando en una cita en la que ambos seguirán luchando por colocar a su equipo como el primero de los ‘mortales’