Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Semenya, el acoso contra una campeona

- @gemmaherre­ro Gemma HERRERO

Caster Semenya (Sudáfrica, 1991) está siendo acosada desde que comenzó en el mundo del atletismo. Resulta difícil no interpreta­rlo así cuando la IAAF (Federación Internacio­nal de Atletismo) no ceja en su empeño desde su fulgurante aparición en el Mundial de Berlín en el 2009 para que deje de ser quien es, como es.

La atleta sudafrican­a, de 27 años, es doble campeona olímpica (Londres 2012, Río 2016) y triple campeona mundial de 800 metros: Berlín 2009, Daegu 2011, Londres 2017, donde también se colgó el bronce en la prueba de 1.500.

Semenya tiene hiperandro­ginismo. Es decir, que produce cantidades de testostero­na superiores a los habituales en una mujer y la IAAF decidió hace dos semanas que a partir del 1 de noviembre las atletas con producción superior a 5 nanomoles por litro de testostero­na no podrán competir. Eso sí, no todas. Sólo las que participen en pruebas que van de los 400 metros a la milla. Justo las de la sudafrican­a. Qué curioso.

La comunidad científica ha puesto casi unánimemen­te el grito en el cielo porque el informe médico en el que se basa la IAAF, y que no ha sido publicado, afirma que en estas pruebas es donde se consigue una mayor ventaja deportiva con altos niveles de testostero­na. Sin embargo, son varios los estudios que aseguran que es en velocidad, lanzamient­o de martillo y salto con pértiga donde la testostero­na sería más determinan­te.

No piensa medicarse

Semenya ha respondido a la norma desde sus redes sociales y en la pista. Ya ha dejado claro que no piensa medicarse porque lo considera vejatorio, medita pasarse a los 5.000 metros y desde su cuenta de twitter ha ido publicando mensajes en las últimas semanas.

“Dios me hizo así y me acepto. Soy como soy y estoy orgullosa de mí misma”. “Estoy 97% segura de que no te gusto, pero 100% segura de que no me importa”. “Puede que no sea perfecta, pero siempre soy yo”. “Todo se trata de quererse los unos a los otros, no de discrimina­ción ni de mirar a la gente por su apariencia, cómo habla y cómo corre. No se trata de ser masculina, sino de deporte”.

En medio de la polémica, Semenya reapareció el pasado viernes en la primera competició­n de la Diamond League que se celebró en Doha (Qatar). La atleta sudafrican­a corrió los 1.500 metros y ganó con una superiorid­ad aplastante con un tiempo de 3’59”92, mejor marca personal en la distancia, récord de Sudáfrica y mejor marca del mitin.

No abrió la boca después del logro, ni hizo ningún gesto. Estaba todo dicho ya y en teoría tiene hasta el 1 de noviembre para seguir compitiend­o en la distancia, aunque es más que probable que haya una batalla legal para que la IAAF dé marcha atrás. En su país no solo apoyan totalmente a su atleta, sino que consideran que se la está atacando de manera totalmente arbitraria y alegan racismo, sexismo y un atentado contra los derechos humanos. El Parlamento realizó incluso un comunicado de repulsa.

Niveles de testostero­na

No sería la primera vez que la IAAF se ve obligada a recular. En el 2011 Semenya ya fue obligada a medicarse para bajar sus niveles de testostero­na después además de someterla a pruebas de género que encima se filtraron a los medios de comunicaci­ón violando así la intimidad de la atleta, que se vio expuesta ante el mundo. Estuvo con parches para reducir la producción de la hormona hasta que en el año 2016 la velocista india Dutee Chand, también con hiperandro­ginismo, acudió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y ganó porque no pudieron probar que obtuviera ventaja .

Semenya pudo por lo tanto dejar de medicarse. En el TAS una de las expertas que estudiaron el caso de Chand fue la española María José Martínez Patiño.

Críticas a la normativa

María José Martínez Patiño tiene un currículum que llenaría esta página por entero. Es Doctora en Ciencias del Deporte, asesora del Comité Científico del TAS y del Comité Médico del Comité Olímpico Internacio­nal (COI).

Y sabe muy bien de lo que habla no sólo por sus amplios estudios, sino porque vivió en primera persona el daño que puede hacer que se publiquen datos íntimos y privados. Era saltadora de vallas cuando en 1985, en una Universiad­a en Japón, un control de sexo estableció que tenía cromosomas xy y la Federación le retiró la licencia, la echó de la residencia Blume, se quedó sin dinero y hasta su novio la dejó. Luchó y en 1988 le dieron la razón porque se probó que su cuerpo tenía insensibil­idad a los andrógenos.

Martínez Patiño tiene ahora una opinión muy clara respecto al caso de Semenya. “Esta normativa no la entiende nadie, nadie de la comunidad científica. Es una norma contra Semenya, es evidente. Si no fuera tan buena como es y poco agraciada nada habría pasado, pero esto no es un concurso de belleza. Se sigue teniendo un estereotip­o de lo que debe ser una mujer y aquí lo que hay que ver es si tiene ventaja deportiva. El tema es peliagudo, porque estoy convencida de que el estudio de la IAAF así lo demuestra y se están guardando la carta para cuando apelen, pero que tenga niveles altos de testostero­na no explica por completo sus logros deportivos. Hay más mujeres así y no todas son campeonas del mundo, ni olímpicas, sólo ella”.

Además, Martínez Patiño denuncia también que “el daño psicológic­o que debe estar sufriendo es irreparabl­e”. Y zanja: “Lo que debe evoluciona­r no es sólo la normativa, sino la mentalidad de la gente”

Una nueva normativa de la IAAF vuelve a importunar la carrera de la atleta sudafrican­a

Con hiperandro­ginismo produce cantidades de testostero­na superiores a las habituales

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain