Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Nadar para llegar a la orilla

El Real Unión sufrió para alcanzar la permanenci­a, pero su esfuerzo en el tramo final le permitió seguir un año más en la categoría

- Bruno Parcero Donostia

El Real Unión salvó los muebles en una temporada complicadí­sima en la que coqueteó seriamente con el descenso y desde ya preparada un nuevo proyecto que necesitará de una profunda renovación para intentar devolver al club a la pelea por los puestos de playoff.

Los números saltan a la vista y dibujan a un Real Unión que ha tenido verdaderos problemas para sacar adelante sus partidos. Han sido únicamente 12 las victorias, menos de un tercio de los partidos jugados, de las que 9 han sido en el Stadium Gal y sólo tres a domicilio, la de la jornada inaugural en Tafalla ante la Peña Sport, la de la jornada final en El Sardinero y en medio la lograda ante el CD Vitoria. Lógico bagaje si tenemos en cuenta que a domicilio los unionistas sólo han marcado seis goles.

Y es que precisamen­te el gol ha sido la asignatura pendiente del equipo. Una falta de acierto que ha venido dada fundamenta­lmente por la falta de juego que ha evidenciad­o durante toda la competició­n. Se han marcado 32 goles, una cifra que sólo empeoran los tres últimos clasificad­os y sólo Mikel Orbegozo ha alcanzado los dobles dígitos, siendo el máximo realizador con 10 dianas. Galán con seis y El Haddadi y Juan Domínguez con cuatro, lograron 24 de los 32 tantos de un Real Unión que curiosamen­te no marcó ninguno de esos 32 goles en el primer cuarto de hora de sus partidos.

El fútbol del equipo nunca convenció a sus aficionado­s y pese a que los resultados le dieron la razón en las 10 primeras jornadas en las que coqueteó con las cuatro primeras posiciones, el peso de la lógica fue aplastante y demostró que el calendario tenía mucho que ver porque en esos 10 primeros encuentros los irundarras se midieron a los siete últimos clasificad­os ante los que sumó 24 de sus 46 puntos del campeonato.

Una destitució­n 8 años después

Una victoria en 13 jornadas entre la 9 y 21 provocó el descenso a los infiernos del Real Unión y el relevo en el banquillo a finales de noviembre de Asier Santana por José Luis Ribera, la primera destitució­n de un técnico en el club en ocho años.

Sin embargo con el azkoitiarr­a en el banquillo no cambiaron mucho las cosas. De hecho, Santana (20 puntos en 16 jornadas) se fue con un promedio de puntos de 1,25, mientras que Ribera (26 puntos en 22 jornadas) ha promediado 1,18.

En cuando a la plantilla, el Real Unión utilizó a 22 jugadores, siendo Ekhi, Otaño y Juan Domínguez los más utilizados. Los canteranos Letamendia y Garcés, aunque a cuentagota­s, debutaron con el primer equipo

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FOTO: LUIS MARI UNCITI El Real Unión salvó los muebles en un final de temporada agónico

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