‘Coeur de Beauté’ brilla en la poule
La hija de Dabirsim cumplió para Mauri Delcher al máximo nivel sobre una pista muy criticada
El test del domingo por la tarde en Paris Longchamp era de los grandes. De los que dejan huella, sea para bien o para mal. Cuando se aspira a lo máximo no hay escondites posibles. Los nervios de los prolegómenos a la Poule de potrancas tampoco ayudaban, con una prueba que se demoraba en media hora debido a discusiones sobre la pista del nuevo macro-proyecto hípico en el corazón de París. Todo eran nervios, voces altisonantes y puntos de vista diversos.
Soumillon criticaba sin contemplaciones a los comisarios de France-Galop. En la Poule de potros, previa a la de potrancas, el representante de ‘Coolmore’ había resbalado peligrosamente cuando iba en punta bajo ‘Ryan Moore’. El efecto dominó llenaba de encontronazos el curvón final de la pista mediana de Longchamp, con la mayoría de los jockeys más preocupados de recoger sus monturas que de buscar una propicia posición de ataque.
De finales un gran ‘Olmedo’ cambiaba fabulosamente de ritmo al modo de los más grandes, ofreciendo al propietario Antonio Caro su enésima victoria al máximo nivel de los últimos años. Los últimos metros eran capaces de coronar al mejor y ello parecía ofrecer un efectivo bálsamo ante las cada vez más enconadas críticas por parte de una facción de jockeys y preparadores. Nada de eso. El macro-proyecto millonario de Longchamp veía cómo la pista era la diana de las críticas.
Las voces iban a más, con el belga Christophe Soumillon a la cabeza. La pista mediana de Longchamp parecía revestir gravedad, pero los comisarios se resistían a inspeccionar la pista. Finalmente, tras unos minutos que parecían horas, éstos cedían y la Poule de potrancas se trasladaba a la pista grande, la misma que la del Arco del Triunfo.
Delcher, enfadado
Mauri Delcher ardía en su enfado, señalando que el cambio se debía a la presión de un jockey y que las opciones de su pupila ‘CdB’ quedaban definitivamente enterradas.
El examen era demasiado exigente y probablemente los nervios traicionaban también al propio Mauri Delcher en los prolegómenos. Una buena actuación de ‘Coeur de Beauté’ podría abrirle de par en par las puertas del propietario archimillonario japonés Teruda Yoshida, que había adquirido una participación sobre ‘CdB’ en la semana previa a la Poule. Ganar podría suponer un golpe en la mesa sin precedentes y Mauri Delcher sabía que ‘CdB’ era capaz de sobreponerse a todo.
Y vaya si lo hizo. Tras una muy exigente salida desde el imposible cajón 14, Stephane Pasquier recogía a su montura para llevarla en conserva hasta los palos interiores. A falta de 500 metros, cualquier hazaña por parte de ‘CdB’ parecía una quimera transitando en el fondo del paquete por el interior, lugar maldito en Francia. Hasta que Pasquier apretaba el botón rojo de su montura y ‘Coeur’ empezaba a superar enemigas por medio de un remate de auténtica seda, divino.
En el poste de meta sólo una rival era capaz de superarla. Se trataba de ‘Teppal’, la inglesa poco contrastada de David Simcock sobre la que el genio de los Grupos I Olivier Peslier escribía otra página llena de genialidad. Los últimos 50 metros se le hacían duros a la preciosa hija de ‘Dabirsim’, capaz de sostener la plata por delante de la pupila de André Fabre Wind Chimes. Una sonrisa de dibujaba en la cara de Mauri Delcher, sabedor del esplendoroso futuro que espera a ‘Coeur de Beauté’ y quién sabe si a su futuro como preparador al máximo nivel internacional