Muchas dudas y una certeza
El pasado viernes se hizo pública en el IV Congreso de Fútbol Aficionado celebrado en el Kursaal la polémica propuesta liderada por Marcelino Maté, presidente de la Comisión Gestora de la Federación Española, de reestructurar la Segunda B y la Tercera División para la temporada 19/20. Esta iniciativa, que está pendiente de la aprobación por parte de la Asamblea de la Federación Española de Fútbol, pretende dividir estas dos categorías en cuatro, lo que provocaría que de los 440 clubs que forman a día de hoy ambos campeonatos se pasase a 560 que integrarían las cuatro nuevas categorías (Segunda B Serie 1, Segunda B Serie 2, Tercera Serie 1 y Tercera Serie 2).
Más allá del lío de nombres, la propuesta parece haber encontrado bastante contestación por parte de clubs y profesionales, por eso sorprende mucho que en la votación realizada en el Kursaal, y que Maté pretendía que no se realizase y simplemente se aprobase para “dar sensación de unanimidad”, la Peña Sport, uno de los pocos clubs presentes en el congreso, fuera el único que mostrara su discrepancia.
Hace años que, sobre todo los clubs de Segunda B, llevan pidiendo una reestructuración de la categoría y habiendo tantos intereses de por medio parece claro que cualquier propuesta que se presente no encontrará el consenso necesario. No obstante, la propuesta de Maté presenta muchas aristas y genera muchas dudas porque claridad, lo que se dice claridad, no hubo ninguna en la presentación de la misma.
Por ejemplo, la creación de la Segunda B Serie 1, que la formarían los cinco primeros clasificados de cada grupo de Segunda B de la próxima temporada, generaría un campeonato en el que los costes de desplazamiento para esos clubs se dispararían notablemente, lo que complicaría mucho la viabilidad de las entidades más modestas, de los equipos de localidades pequeñas y beneficiaría a los clubs de capitales de provincia y, sobre todo, a los filiales.
Y es que la presencia de filiales sigue despertando recelo porque cada vez resulta más difícil competir contra ellos, aunque convendría recordar que fue la propia Comisión de Clubs de Segunda B, que presidía entonces Marcelino Maté, la que en 2008 votó en contra de la implantación de la liga de filiales cuya creación había liderado Roberto
Aumento de gastos, financiación dudosa, pérdidas de categoría, los filiales... la reestructuración propuesta no convence a casi nadie
Olabe. Desde entonces se ha pasado de los 14 filiales a 17, eso sin contar a Barça B y Sevilla B que están en Segunda. Y si tomasemos como ejemplo la clasificación de la presente campaña, podríamos encontrarnos una Segunda B Serie 1 formada por hasta ocho filiales.
Otros perjuicios de esta propuesta tienen que ver con la pérdida de categoría por parte de los 60 clubs que no accedan a la Segunda B Serie 1. Es decir, que un sexto clasificado caería a la Segunda B Serie 2 y necesitaría dos ascensos y no uno para jugar en Segunda como sucede ahora. ¿Se imaginan lo que puede ser la próxima temporada, la batalla que se va a desatar por ser uno de los cinco primeros, el gasto que muchos realizarán para reforzar sus plantillas?
Pero será aún peor para aquellos clubs que militen en Tercera Serie 2 que perderán dos categorías de golpe. Pensemos en clubs como Beasain o Lagun Onak que podrían verse afectados. Claro que en la reestructuración de Tercera, a diferencia de la Segunda B, no se han hecho públicos los criterios que se van a seguir para conformar la Tercera Serie 1, aunque sí se sabe que los clubs vascos formarían uno de los seis grupos junto a riojanos y castellano leoneses, lo que también provocará un incremento de los gastos de desplazamientos y un esfuerzo aún mayor para futbolistas que en su mayoría compatibilizan el fútbol con un trabajo.
Lo peor de todo es que esta propuesta ha contado con el respaldo casi unánime del congreso sin conocerse los criterios para acceder a algunas categorías, sin saber cómo afectará esto a las categorías regionales y, lo que es más importante, qué respaldo económico van a tener los clubs. Porque aunque se rumorea que puede haber algún operador televisivo dispuesto a hacerse con los derechos de alguna categoría, no se ha asegurado nada, ni tan siquiera un sponsor. La única certeza es que este asunto traerá cola