El espíritu de Imanol

Sea el que sea el que venga a ocupar el banquillo de la Real Sociedad, paradójicamente, va a tener que aprender muchas cosas de su antecesor en el cargo, de quien el club prescinde para el cargo, Imanol Alguacil .Y prescinde, entre otras cosas, porque él mismo se autodescarta. Todos los caminos apuntan a Asier Garitano porque de la terna de candidatos que manejaba la Real es el único que, a día de hoy, se mantiene en pie. A Gracia le anulan su compromiso contractual y su intención expresa de quedarse en el Watford. A Emery le separan de Anoeta su estatus y sus pretensiones. Si su primer requisito es jugar en Europa, ha sido absurdo negociar con él y tratar de convencerle estos meses. Llegará el momento en que él esté decidido a venir y sea la Real la que no le quiera, pero de momento ha rechazado una propuesta del club por lo menos en tres ocasiones. Es un gran entrenador y es normal que quiera mantener su caché deportivo y económico, pero no debería apelar a sus sentimientos txuri urdin. Así las cosas, es de ley reconocer el impagable trabajo que ha realizado Imanol, que pase lo que pase en la visita al dentista del Camp Nou, ha dejado una gran impresión y ha conseguido que el aficionado acabe la temporada con cierta esperanza y una sonrisa, tras el 50 al Girona, el partidazo contra el Atlético, la victoria en el derbi y la tarde emotiva frente al Leganés. Él sostiene que ha sufrido, que su lugar está en el Sanse, que debe seguir aprendiendo para sentirse preparado para entrenar a la Real, pero precisamente lo que ha hecho ha sido dar un ejemplo de cómo se tiene que hacer, desde la normalidad, desde la sinceridad, desde el amor a unos colores y desde la entrega. Pudo salir mal, pero ha salido a pedir de boca. Sólo cabe felicitarle