Gracias a ti, Imanol
En estos tiempos en los que hay entrenadores que venden sentimientos por un equipo y fichan por otro. En estos tiempos en los que imperan las mentiras (piadosas o no) cuando a técnicos y jugadores se les pregunta por su futuro, sobre todo los que van a cambiar de aires. En estos tiempos en los que a mitos vivientes no se les caen los anillos por recalar en competiciones de tercera podridas de dinero. En estos tiempos en los que pasa a mandar en el fútbol español un exfutbolista por lo menos salpicado en un partido en el que, según una grabación, su equipo percibió dinero para perder. En estos tiempos en los que los clubs se han bunkerizado y han arrojado sobre los futbolistas un manto de protección absurdo que impide mantener una relación mínimamente normal con ellos. En estos tiempos en los que se ha hecho insoportable la dualidad Real Madrid-Barcelona y sus dos estrellas, sobre todo considerando que en la Premier el que menos cobra por televisión percibe el doble que la Real y el que más, no llega a los niveles de los dos monstruos de la Liga española. En estos tiempos de ‘community managers’ que se creen ingeniosos y buscan su minuto de gloria, de fútbol los lunes por la noche, de futbolistas que bailan en paños menores, que venden lavadoras sin haber usado una nunca, de traspasos de 222 millones de euros y gradas mayormente vacías. En estos tiempos, resulta una bendición la aparición de una figura como la de Imanol, amante de su club hasta reconocer que no puede asumir la responsabilidad de dirigirlo, honesto hasta para decir que no está preparado para seguir cuando ha demostrado que lo está, respetuoso en extremo con jugadores y colegas, agradecido a todos, incluso a los periodistas. Gracias a ti, Imanol