El Bidasoa despide con victoria a Zubiria
El Bidasoa-Irun superó por 3326 al Fertiberia Puerto Sagunto y acaba la liga con 27 puntos y en la décima posición, una mejor que en la pasada temporada, en un curso en el que se ha mostrado irregular, alternando grandes actuaciones con derrotas dolorosas, pero el balance es positivo en el segundo año consecutivo en la Asobal.
El cierre del curso estuvo marcado por la despedida de Asier Zubiria. El guardameta pone final a doce temporadas bajo los palos del Bidasoa. Junto a él, Mikel Redondo, Eduard Nonó , Borja Lancina e Ivan Popovic se despidieron de Artaleku.
En cuanto al partido, esa intrascendencia se reflejó en el juego. A pesar de los intentos de unos y otros, no se podía llegar a la intensidad de otras tardes. Sobre todo en defensa, lo que derivó en fases de mero intercambio de goles.
El primer momento clave del encuentro tuvo lugar en el minuto 9 cuando Carlos Prendes vio la tarjeta roja por un manotazo en la cara a Salinas. La acción puede catalogarse de roja con el reglamento en la mano, pero bien podría haberse saldado con una exclusión. En ese mismo momento cayó lesionado Ivan Popovic, con problemas en la fascia plantar de su pie izquierdo.
Un penalti de vaselina de Cavero puso el 7-5 pero entonces vinieron los mejores minutos de los levantinos, que dibujaron un parcial de 1-4 cortado con tiempo muerto local pero redondeado en 1-5 por el exbidasotarra Pocholo García en su segundo gol de ese tramo, que acabó en 8-10. En cualquier caso, las instrucciones sí dieron resultado y, liderados por Kauldi y Azkue, los irundarras cerraron el primer tiempo con parcial de 8-3 para ir al descanso 16-13.
Segunda parte desatada
En la reanudación, poco que contar. Aplausos cada vez más prolongados en cada una de las paradas de Zubiria -acabó con doce- y después del 25-22 se rompió definitivamente el partido, acabando en 33-26. A cuarenta segundos del final se produjo un singular tiempo muerto, ya que no hubo instrucciones y sí ovación de un minuto para Zubiria en el centro de la cancha. Cuétara pidió tiempo muerto para poder hacer el cambio tras pedirle permiso a Sergio Berrios, técnico rival