Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

La Real no cumple expectativ­as K.O. copero ante el Lleida Illarra, el más utilizado

El conjunto txuri urdin pone el punto final a una temporada decepciona­nte en la que muy pronto se quedó fuera de la lucha por Europa

- J.L. Lorenzo Donostia

El excelente rendimient­o ofrecido en la temporada 16/17, unido al brillante arranque de la 17/18, enlazando tres victorias de manera consecutiv­a, hicieron albergar grandes esperanzas respecto a lo que podía suceder en el presente campeonato liguero en torno a la Real Sociedad. Pero la burbuja estalló demasiado pronto, y lo hizo de tal manera que se llevó por delante a Eusebio Sacristán, uno de los artífices del éxito conseguido la campaña anterior, y al mismísimo Lorenzo Juarros, intocable para Jokin Aperribay.

El lugar del técnico de La Seca lo ocupó Imanol Alguacil, un hombre de la casa, y que estaba liderando de manera brillante al filial en su camino hacia Segunda. La salida del director deportivo, por contra, trajo consigo el regreso de Roberto Olabe, unos meses después de una espantada. La llegada del oriotarra al primer equipo supuso un soplo de aire fresco, consiguien­do algo que parecía imposible dos meses atrás: recuperar la ilusión en la Real.

El conjunto txuri urdin ha terminado la Liga con 49 puntos, 15 menos de los obtenidos la temporada pasada, en un más que discreto duodécimo puesto. Y es que el excelente inicio liguero protagoniz­ado con un impoluto nueve de nueve fue un espejismo. La derrota de la Real en Anoeta frente al Madrid, sin nadie saberlo, supuso el principio del fin de un modelo de juego que se quedó caduco más pronto de lo esperado. Eusebio no dio su brazo a torcer en ningún momento y pese a conseguir una serie de victorias tranquiliz­adoras, no terminó de la darle la vuelta a una situación que terminó de saltar por los aires tras la derrota en Anoeta frente al Getafe por 1-2.

Pero mucho antes de que llegara ese traspié, la Real ya había protagoniz­ado una serie de sainetes que dejaron la figura del técnico de La Seca muy tocada. Por encima de todos, la eliminació­n copera a manos de un Segunda B como el Lleida. Y eso que la Real parecía haber dejado la eliminator­ia vista para sentencia en los Camp d’Esports con el golazo de Canales. Mucho más tras el 2-0 que reflejaba el electrónic­o de Anoeta en el descanso del partido de vuelta. La hecatombre llegó en la segunda mitad.

Tampoco la Europa League sirvió de tabla de salvación. Después de una notable fase de grupos, el dichoso bombo deparó un enfrentami­ento frente al Salzburgo en los octavos de final, un duelo que fue acogido con los brazos abiertos por parte de la familia realzale, pero la cruda realidad dictó sentencia, poniendo a cada cual en su sitio; a la Real fuera de la competició­n europea y al equipo austríaco en cuartos.

Con el equipo fuera de la Copa, de Europa y con los puestos nobles de la clasificac­ión a una distancia considerab­le, Jokin Aperribay decidió que era el momento del cambio y no le tembló el pulso para ‘cargarse’ a Eusebio Sacristán y a Loren. La medida tuvo un efecto positivo, ya que de la mano de Imanol Alguacil, la Real reaccionó. En los nueve partidos que el oriotarra ha estado al frente del equipo, cinco victorias, tres derrotas y un empate, con 15 goles a favor y siete en contra. Con Imanol al frente, se cerró la sangría de goles que tanto daño estaba haciendo hasta la fecha.

Ninguno de los jugadores de la primera plantilla ha disputado los 38 partidos de Liga. El que más cerca ha estado ha sido Asier Illarramen­di, el futbolista que más minutos ha acumulado por delante de Álvaro Odriozola, Mikel Oyarzabal y Willian José. Ni tan siquiera Gero Rulli, otrora indiscutib­le contra viento y marea, ha jugado la totalidad de los minutos ligueros. En contra del argentino ha jugado la lesión sufrida en el partido de vuelta de la eliminator­ia frente al Salzburgo y también su flojo rendimient­o. Sus malas actuacione­s y que su suplente, Toño, tampoco estuviera a la altura de las circunstan­cias, propiciaro­n la llegada de Miguel Ángel Moyá, que lo ha jugado casi todo. De hecho, debutó sin realizar un solo entrenamie­nto junto a sus compañeros.

El lastre de las lesiones

Si Asier Illarramen­di ha sido el futbolista que más ha jugado, en el otro lado de la balanza se encuentra Carlos Martínez, que solo ha disputado un partido de Liga en la que ha sido su última campaña en la Real. Las lesiones se han vuelto a cebar con el futbolista de Lodosa, al igual que con Jon Guridi, cuya participac­ión se reduce a 50 minutos repartidos en cuatro partidos. Bautista, Pardo o Agirretxe tampoco han gozado de un gran protagonis­mo, aunque a este último las lesiones le han vuelto a jugar una mala pasada

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