Al ritmo de ‘Mendi’
En Eibar a un pilar se le llama Mendilibar. A la estabilidad y el crecimiento, también. El diccionario armero solo atiende a la figura del entrenador de Zaldibar, cuyo papel ha sido primordial en el resurgir de un club que ya no mira con recelo a izquierda y derecha sino que levanta la barbilla con orgullo a la conclusión de la cuarta temporada entre la nobleza. Las etiquetas de equipo pequeño o de recién ascendido hace meses que volaron de Ipurua y la entidad que preside Amaia Gorostiza camina con paso firme por Primera División. Lejos de empequeñecer, los armeros se han permitido el lujo de toser a sus vecinos para colarse en el Top10 de la elite, mirando por el retrovisor a Athletic, Real y Alavés. Y más allá del desenlace final, Europa ha sido una canción recurrente que ha elevado los decibelios en los aledaños del remozado campo armero durante buena parte del curso. De la mano de Mendilibar, un equipo que se entrena en unas instalaciones tan vetustas y atípicas como Atxabalpe y para bien o para mal, según cómo se mire, vive lejos de los focos mediáticos, se ha sacudido los temblores y ha fortalecido sus músculos hasta límites insospechados. Se podría decir que ha alcanzado un punto de no retorno, aunque la marcha de los capos Dani Garcia, Capa e
Inui puedan destensar los cables. En el otro lado de la balanza, la continuidad de Mendilibar y Pedro León, un tándem con sinónimo de sacrificio, prometen mantener el ímpetu y la brava actitud que ha caracterizado al Eibar de Primera. El presente goza de buena salud y el futuro, encaminado con una ciudad deportiva y una estabilidad social y económica que para sí quisieran muchos clubs, no debería andar a la zaga. Al ritmo de ‘Mendi’ este Eibar va como un tiro