“TODAVÍA NO HE NOTADO NINGÚN BAJÓN”
Aimar Olaizola (Goizueta, 1979) prepara con mimo la final del Manomanista que el domingo le enfrentará en el frontón Bizkaia a Jokin Altuna. A sus 38 años, y después de 20 como pelotari profesional, son muchísimas las veces en las que se ha visto en situaciones de este tipo. Pocos apostaban por él como candidato a la txapela al inicio del campeonato e incluso él mismo asegura estar sorprendido de haber llegado hasta aquí. Pero se siente como en sus mejores años y está dispuesto a seguir agrandando su leyenda.
La del domingo será su 25ª final de Primera. En caso de ganar, sería su quinta txapela del Manomanista, la decimoquinta en total... Son cifras descomunales. ¿A usted le dicen algo?
Sí y no. Para mí es importante que, después de tantos años, siga en un nivel alto, compitiendo con los mejores. Los títulos están bien, pero les daré más importancia cuando termine mi carrera. Ahora están ahí, pero no me pongo a pensar en ello.
Cuando oye, tanto en boca de su rival como de otros compañeros, aficionados, prensa... que es uno de los mejores pelotaris de todos los tiempos, ¿prefiere desconectar por eso de que el halago debilita?
Es bonito escuchar ese tipo de cosas, pero yo sigo a lo mío. Es muy importante tener la cabeza fría y seguir trabajando igual.
En las últimas presentaciones del Manomanista, la pregunta recurrente era si esa iba a ser su última participación. Después del papel que está realizando este año, ¿confía en que en 2019 no volvamos a preguntarle lo mismo?
No, estoy seguro de que me vais a preguntar. Pero, más allá de que este año haya llegado a la final, el que viene puede ser tranquilamente el último. Puede que termine el Parejas justo y que haga dos entrenamientos y que vea que no estoy. Lo que tengo claro es que hoy en día ya no tengo que demostrar nada, no tengo ninguna presión de la empresa y cuando vea que no estoy con opciones de estar arriba, yo seré el primero en decir que no.
Sinceramente, ¿se siente satisfecho en su fuero interno por haber dejado en evidencia a aquellos que le daban por amortizado en el mano a mano?
No. Estoy muy satisfecho por lo mío, por el trabajo que estoy haciendo. Por cualquier cosa que pase el domingo que viene, si pierdes te da pena, pero estaré muy contento con todo lo realizado. Pero creo que esa pregunta es normal. Hay que ser realista. La edad también está ahí. Voy para 39 años, es complicado y ni yo mismo me lo esperaba.
Usted va para 39 y Altuna III, que acaba de cumplir 22, dice que con esa edad aún no se está hecho para el mano a mano. Parece, en todo caso, que lo de la edad no va a ser un factor decisivo de cara a la final.
No, lo más importante es el nivel que esté dando cada uno. La edad está ahí, pero ninguno de los dos, si estuviera justo, estaría aquí. Los dos hemos llegado por algo, en ambos casos el campeonato que estamos haciendo es bueno, hemos ganado tres partidos. El mano a mano es el campeonato en el que, si estás justo, enseguida se te ve el culo. Hay que estar muy bien para llegar hasta arriba.
Poniendo como referencia los años 2012-2013 como punto cumbre de su carrera y estableciendo ese momento como su cien por cien, ¿se atrevería a cifrar en un porcentaje el estado del Olaizola II actual respecto al de entonces?
No sabría decirte. Y no me atrevería a decir que estoy peor que entonces. En el Parejas, que han sido cuatro meses de competición, me he sentido muy bien y en el mano a mano también. Yo diría que me encuentro parecido, no he notado ningún bajón físico. En la semifinal, contra Danel (Elezkano), hubo tantos duros pero me recuperaba bien. Todavía no he notado ese bajón que todo el mundo dice que se nota.
Se van retirando todo los pelotaris de su quinta...
Ya se han retirado todos.
Berasaluze II, Barriola, Xala... y por supuesto, Juan Martínez de Irujo, con el que ha protagonizado duelos que han hecho historia en la pelota. ¿Echa de menos esos pulsos con el de Ibero?
Sí y no. Esos duelos quedan para la historia, pero para mí lo más importante es que yo sigo ahí. Ahora hay otros pelotaris jóvenes que tienen tanto nivel como los de antes: Altuna, Urruti, Irribarria, Ezkurdia... Hay pelotaris que juegan muchísimo.
¿Requiere mucho sacrificio seguir así de competitivo a los 38 años o es cuestión de talento natural?
Es muy importante tener esas cualidades de por sí, eso sin ninguna duda. Pero aparte de eso está el trabajo. Yo siempre le he dado mucha importancia al trabajo. Pero no ahora, también hace 20 años, cuando debuté. Algunos dirán que incluso he sido algo maniático. Le he dado mucha importancia a los entrenamientos pero no solo de cara a los campeonatos, sino durante todo el año. He sido muy estricto con la comida, los horarios... Yo siempre digo que he sido muy profesional, todo el mundo debería ser así.
Dejemos ya el hecho de que en su DNI indica que tiene 38 años y hablemos de final. Usted y Altuna son dos pelotaris no idénticos, pero sí de un corte similar, eminentemente rematadores.
Sí, ninguno de los dos tiene un golpe para romper. Mucha gente me dice que Jokin es el pelotari que más se parece a mí. Es un pelotari técnico y, en mi opinión, el pelotari de la actualidad que mejor esconde el golpe. Hasta el último momento no sabes a dónde va a echar la pelota. Es muy pelotari.
Las entradas se han agotado
rápidamente. La afición intuye que va a haber espectáculo este domingo.
Sí, menos mal que para nosotros las empresas nos han reservado muchas entradas, porque con mucha diferencia ha sido el año que más peticiones he tenido desde hace mucho tiempo.
Altuna III no lleva ni cuatro años aún como profesional, pero ya se ha ganado una legión de admiradores por su juego vistoso. ¿Está usted también entre ellos?
Sí, siempre me ha gustado. Cuando debutó ya dije que iba a ser uno de los pelotaris que en el futuro iba a ganar txapelas. Y ya es figura. Es muy difícil que, con la edad que tiene, tan joven, juegue tanto a pelota. Ha debutado ya casi como figura, jugando en Primera desde el principio.
¿Le sorprendió que ganara a Urrutikoetxea? Mikel partía prácticamente como el candidato número uno a la txapela...
Sí. Mikel, en todos los campeonatos que juega está entre los dos máximos favoritos. Es, de los de ahora, el pelotari más completo. Además de ganar el Manomanista y el Cuatro y Medio, es el único que ha ganado una txapela jugando en la posición que no es suya, de zaguero conmigo. Eso nunca lo había conseguido nadie y, para mí, nunca más lo va a conseguir nadie. Pero con Altuna, Mikel siempre ha tenido respeto. Es muy peligroso y este año ya lo ha demostrado. Otros años, se veía que de mitad de partido hacia delante se cansaba, pero se ve que físicamente ha mejorado mucho. Si a eso sumamos las cualidades que tiene Jokin, por eso está ahí.
Usted ha ganado sus tres partidos con mayor solvencia que Altuna, quien especialmente en semifinales tuvo que sufrir de lo lindo para eliminar a Ezkurdia. ¿Eso es una buena señal para usted de cara a la final?
No le doy importancia. Todos los partidos son distintos, los contrarios también. En mi caso, contra Danel, el resultado sí fue claro (22-13), pero hubo tantos duros y me quedé muy satisfecho. Creo que tácticamente jugué muy bien, me salió todo como tenía pensado, pero tuve que trabajar lo mío.
¿Que sensación le quedará si el domingo no llega a 22?
Al principio un poco de pena, porque a las finales es muy importante llegar, pero del perdedor no se acuerda nadie. La final hay que ganarla. Si no es así, el mismo día estaré disgustado, pero los siguientes estaré satisfecho, porque hay que tener en cuenta el campeonato que he hecho.
¿Y si gana?
Como con todas las txapelas, sería increíble, pero ni lo pienso. Ahora mismo mi único pensamiento es estar bien ese día y en ese momento. Si es así, sé que le daré guerra a Jokin