“Sería un honor igualar a Indurain”
Tom Dumoulin explica a MD que luchará hasta el final para volver a ganar la maglia rosa y no confirma su presencia en el Tour
No lo tiene fácil y probablemente el Giro se le ha puesto más complicado de lo que él esperaba. Es más que factible que en los cálculos de Tom Dumoulin, ganador de la pasada edición de la Corsa Rosa, no entrara llegar a la contrarreloj de hoy 2’11” por debajo del líder, de un Sam Yates que como el propio ciclista holandés reconoce a MD “está más fuerte de lo que esperaba”. El líder de Giant, que llegó al Giro muy centrado después de concentrarse unos días en Sierra Nevada, afirma que logró dar con la tecla correcta, porque “al principio no empecé del todo bien la temporada por una cuestión más mental que física”. ‘La mariposa de Maastricht’ se considera un ciclista muy completo, lo que le permite ser candidato a las grandes vueltas, no en vano “suelo concentrarme muy bien a lo largo de tres semanas y en la montaña me defiendo bien, aunque sin duda la contrarreloj es mi punto fuerte”.
A las puertas de la CRI de hoy, que puede empezar ya a decidir la carrera, los aficionados echan mano de la calculadora, pero él sigue confiando en sus posibilidades, puesto que “la contrarreloj puede determinar al ganador”. Le recordamos a Tom –que de no haber sido ciclista le hubiera encantado ejercer de médico, de hecho estudió medicina en la
Universidad– que de repetir victoria este año haría historia, ya que desde que Miguel Indurain lograra vencer en 1992 y 1993 nadie ha sabido capaz de lograr esta gesta. Unas palabras que sorprenden a Dumoulin, y que tras digerirlas responde. “No sé si haré historia, pero defenderé lo que pueda la maglia rosa ganada en 2017. Igualar el doblete seguido de Indurain sería un honor”.
Afirma Dumoulin que le costó encontrar el origen de sus problemas estomacales –recordemos la imagen de 2017 teniendo que bajar de la bicicleta para hacer sus necesidades, “era todo por unos ingredientes que se encuentran en algunos geles pero ya está solucionado”– y no esconde que la victoria en el Giro de 2017 le hizo más popular. “Ahora me conoce mucha más gente y me cuesta más llevar una vida normal”.
El caso de Tom Dumoulin es curioso porque en la única grande que rinde bien es en el Giro. En sus cuatro Tour ha tenido que abandonar en dos y su mejor clasificación es el 33º de 2014, y las dos veces que ha disputado la Vuelta en una abandonó (2012) y en la siguiente, 2015, acabó 6º. Cuando le preguntamos por su presencia en el Tour, demuestra tener el recorrido memorizado –”hay una primera semana muy dura, una contrarreloj por equipos, pavé... Las etapas de montaña están bien, pero hay menos contrarreloj, por lo que será importante estar en plena forma y atentos”–, pero no confirma su presencia.
Tras el Giro se quedará unos días de vacaciones en Italia. Después hará otro stage de altura y competirá en la Vuelta a Suiza, y en función de cómo se recupere irá al Tour o no. Sí que tiene claro que quiere estar en el Mundial de Innsbruck, por más que no se ajuste mucho a sus características, “y hacer otro podio”. En la CRI de 2017 en Noruega fue oro