Una decisión sorprendente
La apuesta por Juan Domínguez conlleva un riesgo, pero si se cree en él, adelante. El tiempo dirá si fue un acierto del Real Unión
El Real Unión ha sorprendido a todo el mundo con el nombramiento de Juan Domínguez como nuevo entrenador del primer equipo. La decisión, con el director deportivo Eneko Romo como principal valedor, no ha dejado indiferente a nadie y ha generado multitud de comentarios, pero lo único cierto es que el movimiento realizado es valiente por el riesgo asumido al poner el proyecto en manos de un técnico de
34 años sin experiencia dirigiendo a un equipo profesional; que la decisión se ha tomado con el tiempo suficiente como para que el propio técnico participe en la confección de la futura plantilla y diseñe junto al nuevo cuerpo técnico, aún por definir, la pretemporada y la temporada; y que esta elección o la de un técnico mucho más contrastado no asegura nada porque cualquier decisión, en mayor o menor medida, conlleva un riesgo.
Ahí está el ejemplo de Carlos Pouso, técnico pretendido años atrás que ha sido ofrecido al club irundarra y que en la última jornada, tras perder precisamente ante el Real Unión y con una plantilla cuyo coste supera con creces el millón de euros, terminaba pidiendo perdón a los aficionados del Racing por no haber clasificado al equipo para disputar el playoff de ascenso.
Con Juan Domínguez el club sabe que pone el proyecto en manos de una persona que conoce y siente el Real Unión, que cuenta con la experiencia que le dan sus más de 400 partidos en el fútbol profesional y que sabe cómo se maneja un vestuario cuando vienen mal dadas porque, desgraciadamente, a Juan Domínguez le ha tocado como capitán lidiar con situaciones muy delicadas y desagradables.
Habrá, sin duda, quien recuerde que hace cinco años el club realizó una apuesta similar al nombrar entrenador del primer equipo a Sergio Francisco, cuya experiencia en los banquillos se reducía a haber sido segundo de Imanol Idiakez la temporada anterior, y que aquel año se salvaron los muebles en la penúltima jornada ganando al Fuenlabrada, aunque el paso del tiempo ha demostrado que el valor de aquella permanencia, por todos los problemas sufridos, estaba muy por encima del que se le dio entonces.
Quienes defienden que la inexperiencia no debe ser un impedimento para apostar por alguien, suelen poner el ejemplo de Guardiola. Yo recordaría otro mucho más cercano y más parecido al que puede representar Juan Domínguez. El de un futbolista de 33 años al que en la jornada 18 le ofrecen hacerse cargo de su equipo, décimo clasificado, al que mete primero en playoff, al que asciende a Segunda y con el que casi sube a Primera, un éxito que conseguiría la temporada siguiente con otro club. Que años después disputó la Champions varias veces, que ganó tres Europa League y que fichó por uno de los mejores equipos del mundo.
No quiero decir con esto que
Juan Domínguez sea el nuevo Unai Emery, sino que en el fútbol no hay fórmulas mágicas que garanticen el éxito y puestos a apostar prefiero hacerlo por alguien de casa y con ilusión que por un técnico cedido por otro club o por un entrenador sin ninguna vinculación con el club o la ciudad.
Será el tiempo el que diga si la decisión de Eneko Romo ha sido o no acertada, aunque donde tiene que acertar de pleno el director deportivo es en la confección de la próxima plantilla