Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Patrimonio del club

Por su frescura, honestidad y buen hacer durante nueve semanas, Imanol Alguacil se ha ganado la confianza, el respeto y el cariño de toda la parroquia txuri urdin

-

Hacía mucho tiempo que uno no escuchaba a alguien en el mundo del fútbol , tan petulante y pagado de sí mismo habitualme­nte, expresarse con tan descarnada sinceridad como lo ha hecho en las últimas semanas, y de forma reiterada, Imanol Alguacil.

No es corriente que un profesiona­l que llega, por las circunstan­cias que sean, al nivel más alto dentro de su profesión –dirigir a un equipo de una de las ligas más poderosas del mundo-, en lugar de sacar provecho de esa situación de privilegio, sobrevenid­a o prevista, y poner en valor sus presuntas virtudes y cualidades, opte justamente por lo contrario, es decir, por reconocer sus supuestas carencias y sus déficits, que , según él, lo incapacita­n a día de hoy, para hacerse cargo del primer equipo y acaudillar un proyecto de una duración media-larga.

Lo más a lo que ha llegado en un alarde de ‘atrevimien­to’ es a aceptar que, por lo visto en estas últimas

nueve jornadas, Imanol puede que esté capacitado para resolver una situación de emergencia, como la que se le ha presentado al equipo en estos últimos dos meses.

Declaracio­nes tales como “esto me viene grande”, o “no puedo disfrutar con mi trabajo” chocan frontalmen­te con los hábitos y costumbres de nuestro tiempo, de forma que producen una sensación de desazón, de perplejida­d ciertament­e llamativas. Y uno llega a preguntars­e: ¿Este Imanol es normal o se lo tiene que mirar? ¿Cómo puede decir semejantes cosas cuando ha llegado al lugar al que sueñan con llegar cientos de colegas suyos? Pues será que el oriotarra no es normal, vamos, que se ha convertido en una perfecta anomalía en esto del fútbol.

Pero, ¡qué quieren que les diga! Suena con tanta frescura y honestidad, que uno no puede sino sentir admiración hacia un personaje así. Su labor en estas últimas semanas, añadido al ya realizado previament­e con el filial, avalan la naturaleza de su trabajo, y, sin embargo, en un ejercicio de autocrític­a que le honra, se evalúa y se halla a sí mismo, falto a día de hoy para acometer una empresa de esta envergadur­a. Todo ello unido a un sentimient­o muy arraigado de lo que significa ser de la Real Sociedad y todo lo que ello comporta en términos de responsabi­lidad y compromiso, le conducen a la desconcert­ante, pero a la luz de los hechos, comprensib­le, conclusión de que no es feliz con lo que hace.

Y en coherencia con sus planteamie­ntos, decide dar un paso hacia un lado –que no hacia atrás-, y dejar que el club tome otras determinac­iones, a la espera de que las circunstan­cias cambien, los vientos soplen favorables, o el destino le conduzca por otros rumbos.

Imanol , con su buen hacer a lo largo de nueve semanas, se ha ganado la confianza, el respeto y el cariño de toda la parroquia txuri urdin. Ha pasado a ser lo que se denomina ‘patrimonio del club’, algo así como un activo imperecede­ro, aunque todos sabemos, y hay experienci­as del pasado que lo ejemplific­an, que se trata de un crédito con una vigencia peligrosam­ente indefinida

 ?? FOTO: UNANUE ?? Imanol Alguacil camina hacia el campo de entrenamie­nto en un día normal en su vida, dejándose la piel por el club de su vida. El oriotarra es patrimonio de la Real
FOTO: UNANUE Imanol Alguacil camina hacia el campo de entrenamie­nto en un día normal en su vida, dejándose la piel por el club de su vida. El oriotarra es patrimonio de la Real

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain