‘Txapela kentzekoa’

Se vestirá de colorado durante 12 meses y no cesa de asombrar a la cátedra. En euskera diríamos que su mérito es ‘txapela kentzeko modukoa’ y a ver quién le quita las txapelas en el futuro. Con 22 años, Jokin Altuna se ha consagrado como el pelotari del momento. Uno de esos elegidos que deslumbra una vez cada muchos años o incluso décadas y que, con este primer Manomanista de su carrera, se alza como el ganador de los dos torneos individuales de la temporada, puesto que ya conquistó el pasado Cuatro y Medio. Euskal Herria y Gipuzkoa presumen del manista profesional más completo de la era moderna. Al menos, desde que a su empresa, Aspe, no le quedó otro remedio que cambiar de registro con la forzosa retirada de Martínez de Irujo. Lo primero que cautivó a la gente fue el descaro de Altuna III para ingeniar remates, el talento puro de los grandes magos. Conviene no desdeñar otras facultades que hacen del amezketarra un delantero imparable, siempre que no se venga abajo mentalmente o le respeten las lesiones. Lo tiene todo para poder aventurar que su historia no ha hecho más que empezar sin que sea una osadía pregonarlo. No cuesta demasiado imaginarse una carrera del amezketarra comparable a las más emblemáticas de Irujo , el propio Olaizola II, Retegi II, Beloki o Titín III por citar a los más recientes.

En la final ante Aimar Olaizola no le hizo falta a Altuna III sacar la chistera artística que guarda bajo el gerriko para ganar con suma autoridad. No hubo excesiva emoción para que el joven consiguiera hacerse respetar ante el más respetado del cuadro. El navarro sólo le obligó de vez en cuando, pero la defensa de Jokin fue una hoja inmaculada de servicios, había veneno en cada saque y cada vez que cruzaba arrimaba a pared con categoría. No sólo es un prodigio para terminar, sino que además Altuna III es el pelotari redondo. El mejor hoy en día