Las claves del Giro
Ha hecho honor a su fama de carrera impredecible, alocada y abierta
Chris Froome sellaba en Roma una de las ediciones más apasionantes que se recuerdan del Giro de Italia, en la victoria del primer británico en Italia. Éstas podrían ser cinco de las claves finales del Giro de Italia 2018:
1. ES EL MÁS IMPREVISIBLE
De las tres grandes, Giro, Tour y Vuelta, una vez más el Giro de Italia ha hecho honor a su fama de ser una carrera impredecible, alocada, en la que puede pasar de todo y más abierta; sólo así puede explicarse lo que ha sucedido en la edición 101 de la Corsa Rosa, en la que se echado de menos grandes nombres ciclistas.
2. DISEÑO DE LA CARRERA Y ETAPAS
Cuestionado por el inicio en Jerusalén y por programar etapas anodinas, sin sentido, de más de 200 kms en días que invitaban más al tedio que al disfrute, cierto es que también hay que aplaudir el sprint final del Giro con la crono larga seis días antes del final y el posterior tríptico durísimo de montaña antes del desenlace en Roma.
3. LA CONTRARRELOJ IMPORTA, PERO YA NO TANTO
A diferencia de lo que ocurrió en la pasada edición del Giro de Italia, cuando Tom Dumoulin no ganó la etapa, pero le arrebató el Giro de Italia en la contrarreloj final, en esta edición de la Corsa Rosa ha prevalecido la locura encima de la bici, la valentía, más que la rigidez en la lucha contra el crono.
4. UN GIRO LIMPIO
Muchos comentarios han generado las debacles y los hundimientos de ciclistas con muchos kilómetros en sus piernas como Simon Yates, Fabio Aru o Thiabut Pinot, por no hablar de Esteban Chaves. Casualidad o no, los del Mitchelton-Scott han acabado la carrera rotos. Hay quien quiere ver en estos desfallecimientos la ‘limpieza deportiva’ de los corredores y el no consumo de sustancias dopantes.
5. EL GIRO YA NO HABLA MUCHO ITALIANO
Italia es, en buena lógica, el país que más victorias tiene en el Giro, y a mucha diferencia le sigue Bélgica; pero no menos cierto es que la carrera ha perdido de un tiempo a esta parte su hegemonía italiana. Lejos quedan los años en los que no se llevaban la maglia rosa más que ciclistas italianos. Basta ver que de los últimos cinco, sólo hay un italiano: Nibali en 2016. El colombiano Nairo Quintana la ganó en 2014, Alberto Contador en 2015, el holandés Tom Dumoulin en 2017 y este año el británico Chris Froome