El niño que rompía los azulejos de su cocina
Xalton Zabala, descubridor de Jokin Altuna, defiende la clave de su explosión: “Más vale maña que fuerza”
El primero en saber que hace 22 años nació una estrella de los frontones fue Xalton Zabala. Un simpático hombre, alma mater de Zazpi Iturri, el club de Amezketa, y máximo valedor del pelotari de moda, Jokin Altuna. “Ha puesto el pueblo patas arriba”, comparte con MD, mientras moja su fino mostacho con un sorbo de café.
Xalton organizaba partidos a Jokin Altuna cuando sólo tenía seis años. “Le conozco desde que era un recién nacido”, aporta su descubridor. Y cuenta que la ama del reciente campeón manomanista “tocaba el piano en el aula que está encima del frontón” amezketarra. “Pedía la pelota desde que era muy pequeño”, añade Xalton.
Sirva un ejemplo gráfico para ilustrar que el talento de Altuna III es innato. “Rompía los azulejos de la cocina” cuando se ponía a ensayar con la pelota en su casa, apenas cumplidas cuatro primaveras. Sólo era el principio.
Xalton Zabala no perdió ripio de Altuna y, ojo avizor, detectó rápido que la pelota a mano le haría tocar la gloria con los dedos. Relata el veterano amezketarra que Jokin “estaba en el frontón todas las tardes desde los cuatro años” y para entonces ya calculaba que, a nada que siguiera con su afán de formarse como pelotari, “ya se había comido medio mundo” antes de la mayoría de edad.
Xalton habla en nombre de todo el pueblo. “Para los que le conocemos desde que era un niño, es un amigo muy cercano”, narra. “Está en el corazón de todo el pueblo”, expresa, apuntando que vivir estas txapelas que Altuna III está logrando con impactante precocidad “es increíble” para nosotros.
Se ha consagrado
Peregrino de todas las andanzas de Altuna III, Xalton Zabala no podía fallar y se presentó en la final del Bizkaia, en la consagración definitiva del delantero en el cuadro profesional. Su análisis de la victoria sobre Aimar Olaizola es sencillo y apabullante a la vez: “Al principio estaba nervioso. Cuando se asentó, jugó muy bien”, sentencia Xalton con firmeza.
Experto en que no se le escape el mínimo detalle, Zabala observó en la final que Aimar Olaizola se equivocó al querer proponer un partido peloteado. “Ninguno de los partidos que ha ganado el navarro -explicabahan sido largos como para decir que es superior físicamente. En cambio, Jokin sí había pasado esa prueba”. El tiempo le dio la razón. “Todo el mundo decía que Aimar ganaría en un partido duro, pero yo no estaba de acuerdo”.
Además de tener que arrebatar la txapela a un pelotari legendario como Olaizola II, Altuna III sorteó un camino lleno de minas que le proporcionó el sorteo del Manomanista. Fue dejando en la cuneta a un especialista en la materia como Retegi Bi, un baluarte como Mikel Urrutikoetxea o un portento como Joseba Ezkurdia. “Sobre todo el partido contra Urrutikoetxea fue redondo” en opinión de Xalton. “Se le veía con ganas de jugar, desafiando” al vizcaíno. También concede sumo mérito a las semifinales porque “Ezkurdia le pegó mucho” en aquel partido.
Las comparaciones son odiosas
El debate estaba en la calle antes del Campeonato. Parte de la cátedra recelaba de las dotes manomanistas de Jokin Altuna, por aquello de que no rompe con el golpe los partidos. Xalton se acuerda de los orígenes. “Cuando jugaba mano a mano en cadetes ganaba con una mano” y tiene claro que “sabe cómo tiene que actuar” en esta modalidad. “Otra cosa es que le comparen -matiza- con los grandes toros que pesan 20 kilos más que él”. Pocas voces más autorizadas que la de Xalton existirán para defender la clave de la explosión de Altuna: “Más vale maña que fuerza”, zanja.
“No creo que le pese jugar de colorado”, piensa el técnico de Zazpi Iturri. “Además, creo que le gusta, que estará en su salsa. Asimila que, al ser una figura, tiene que soportar esa presión”, imparte el profesor Xalton Zabala mientras apura su café
“No creo que le pese jugar de colorado y además pienso que estará en su salsa”