Mejor, imposible

Un equipo. Eso es lo que ha sido el GBC esta temporada. Por eso ha logrado el objetivo de la permanencia que se proponía allá por el mes de septiembre cuando arrancó la Liga Endesa. Porfi Fisac hizo esta plantilla. Es su obra. Y el resultado está a la vista. Con el presupuesto menor para fichar jugadores de toda la competición, con muchas apuestas en el ‘roster’, donde la mitad de jugadores no tenían pasado en la Liga Endesa, y los que lo tenían, a excepción de Henk Norel, Fede Van Lacke y un poco Danny Clark, tampoco habían sido titulares en ningún momento de su carrera.

A Fisac su filosofía le ha vuelto a dar la razón. Y también algunas piezas del equipo a las que les concedió el papel estelar y que le han respondido a la perfección. Por supuesto Norel. Al holandés se lo dejó claro: era el encargado de liderar a este equipo desde la cancha. Ha cumplido con creces, hasta el punto de entrar por primera vez en su carrera en el quinteto ideal de la ACB. Pero no solo él porque con un jugador no se construye un equipo. Clark ha subido peldaños en su carrera, Chery ha callado bocas tras su decepcionante paso por Sevilla, Van Lacke ha exhibido el eterno elixir de la juventud que solo llega cuando se es muy profesional cada día, y Jordan Swing ha aparecido en días importantes para asegurar triunfos vitales. Junto a ellos la confirmación de Dani Pérez como base ACB, el progreso de jugadores que llegaban desde la LEB Oro como Salvó, Fakuade, Oroz o Pardina. También el crecimiento de Agbelese, muy mejorado en relación a su anterior presencia en el GBC. Y junto a ellos la valentía, calidad y ganas de abrirse paso de los Maiza, Beraza, Sanz, Azpeitia y Urtxulutegi, todos ellos claves a la hora de ayudar en una temporada tan gratificante