El secreto está en casa
La actual plantilla de la Real dispone de una base sólida sobre la que afianzarse, pero insuficiente para hacer frente a los retos que se avecinan
La presencia de Asier Garitano el sábado en Zubieta para seguir ‘in situ’ las evoluciones del filial, fue uno de los hechos más significativos de una jornada altamente emotiva y tremendamente reveladora. Él acaparó, con su aparición , la atención de los aficionados que se dieron cita en el José Luis Orbegozo. Había interés en ver de cerca al nuevo director de la orquesta txuri urdin, en cuyas manos ha puesto el club las riendas de un equipo con un enorme potencial pero que sigue constituyendo, a día de hoy, un enorme interrogante.
El hecho de que Garitano haya elegido como primer acto público tras la firma de su vinculación con la Real acudir a un partido del Sanse, resulta altamente significativo. Alguien que dice conocer en profundidad la doctrina de este club y se confiesa devoto incondicional
de la misma, no podía por menos de sellar con su presencia dicha condición. Garitano debe saber que en ese equipo se encuentran algunas de las piedras sobre las que deberá levantarse el edificio de esta Real en el corto-medio plazo. Y si nos atenemos a lo visto, cabe ser prudentemente optimista. El Sanse ha conectado con la afición, y ha alimentado la llama de la esperanza de todos los que confían en el potencial de Zubieta. La Real es, por naturaleza un club de cantera, y no puede renunciar a sus postulados bajo ningún concepto. Eso es, entre otras muchas cosas, lo que lo diferencia de la mayoría de los clubs con los que compite.
Pero Asier Garitano debe saber igualmente que la cantera de Zubieta no puede garantizar plenamente unos resultados, por otra parte, absolutamente necesarios para sobrevivir. El equipo necesita de ese complemento de calidad que apuntale una plantilla a la que las exigencias del campeonato obligan a competir a un altísimo nivel. Cualquier síntoma de debilidad, cualquier error en las contrataciones, una añada más débil en la fábrica de Zubieta, y todo se puede ir al traste, y la experiencia del fracaso no está tan distante en el tiempo como para que aún no percibamos el amargo aroma del descenso.
La actual plantilla de la Real dispone de una base sólida sobre la que afianzarse, pero insuficiente para hacer frente a los retos que se avecinan. Garitano tomó buena nota de lo que apreció el sábado, y extrajo sus propias conclusiones. En breve comenzaremos a apreciar los primeros efectos. Pero no alcanza, y será menester acudir al mercado para comprar valores más seguros, consolidados, probados en definitiva, y que terminen de rematar la elaboración del grupo de trabajo final.
Y resulta que, después de toda esta prédica, concluimos que no hemos descubierto nada nuevo, que estaba ya todo inventado, y que se trata, sencillamente, de hacer bien el trabajo en cada una de las parcelas mencionadas. ¡Tan elemental y tan complejo al mismo tiempo!