Del silencio a los aplausos
Zidane entró en una sala muda y se marchó ovacionado
La sala de prensa de Valdebebas se fue llenando a partir de las 12.30 horas cuando la prensa fue llegando para ver qué pasaba con Zidane y la inesperada convocatoria por parte del Real Madrid. Entre jadeos, prisas y nervios, los corrillos iban en aumento con el convencimiento de que Zidane iba a decir que se marchaba. Rumores, risas, bromas pasaron al silencio sepulcral cuando avisaron que Zidane estaba a punto de salir a la sala de prensa. Un silencio que nadie se atrevía a romper, como si fuese un funeral. Eran las 13.10 horas de la tarde cuando primero apareció Florentino Pérez y detrás de él un Zidane elegante, sin la sudadera con el ZZ con la que salía tras los entrenamientos. Una entrada en escena rota por los disparos de las cámaras de los fotógrafos. Una banda sonora que acompañó a Florentino y Zidane durante toda la comparecencia.
El presidente del Madrid, triste y emocionado le dio el turno de palabra a un Zidane que, como siempre, mantuvo el respeto, la amabilidad con los medios para decir que se iba, que su etapa en el Real Madrid había llegado a su fin. Esta vez, eso sí, su famosa coletilla “sabes” apareció muy poco o nada. Esta vez, nadie le preguntaba sobre el once del próximo partido. Hubo risas, pero no bromas con los periodistas allí presentes que no se acababan de creer lo que estaba pasando. Y es que ver marcharse a un entrenador que acaba de ganar su tercera Champions consecutiva es algo sorprendente y muy raro en el mundo del fútbol.
Zidane estaba cómodo respondiendo a todas las preguntas bajo la atenta mirada de Florentino y varios cargos del Madrid, como Chendo, el delegado, que no quisieron perderse la última comparecencia ante los medios de Zidane.
El final del francés en el banquillo del Real Madrid fue entre aplausos, los de los periodistas allí presentes que así quisieron, quisimos, despedir a un entrenador siempre amable, que te decía entre risas lo que él quería, no lo que le preguntabas y que nunca tuvo un mal gesto ni una mala palabra con nadie.
Zidane dio las gracias a los presentes y se marchó por la misma puerta por la que entró. Lo hizo con un poco de emoción, pero sin derramar una sola lágrima. El francés no quiso hacer una tragedia en el adiós de su etapa como entrenador del Real Madrid. Un adiós en lo más alto
Eran las 13.10 horas cuando comenzó a hacerse oficial el adiós de Zinedine Zidane
Su famosa coletilla “sabes” no apareció, como tampoco hubo lágrimas del francés